Las Tunas.- La falta de eficiencia en los procesos de contratación, entre las bases productivas y los ganaderos todavía incide de manera negativa en el acopio de la leche para la industria. Por esta y otras causas, más de cuatro millones de litros de leche dejaron de producirse durante el año 2020, lo cual significa que acopiaron solo el 82 por ciento de los 26,3 millones planificados para la temporada.
Según informa Jorge Luis Hechavarría Lozada, subdelegado de Ganadería en la Delegación Provincial de la Agricultura, el déficit en la base alimentaria de los animales, la desfavorable situación en el suministro estable de agua y la falta de tacto en el momento de cruzar las razas en la reproducción vacuna influyen en el decrecimiento de la producción lechera.
Emprender un programa objetivo, que le permita a cada base productiva aportar más leche y carne, debe estar entre las prioridades del sector. “Ahora se aproxima el período seco, en el que la entrega del líquido decae bruscamente por la insuficiente dieta proteica, por lo que es vital prepararse para ello y que en cada unidad se cuente con el abastecimiento alimentario para que no ocurra”, significó el subdelegado.
En cuatro de los municipios tuneros, Jobabo, Las Tunas, Manatí y Amancio recae la situación más compleja del panorama productivo. En estos territorios se evidencia falta de control y seguimiento de las bases productivas a las entregas diarias, situación que están llamados a revertir, pues actualmente se desarrolla la contratación, concilian mecanismos para analizar las dificultades que puedan entorpecer estos propósitos y rebuscan dentro de las fortalezas cómo aportar más en estos renglones y alcanzar en el 2021 los 24,2 millones planificados.
En cuanto a la producción de carne vacuna, Hechavarría Lozada notificó que este renglón tampoco se cumplió durante el año precedente.
“Solo se alcanzó el 97 por ciento de lo planificado y a varios de los productores que vendían directo se les retiró esta condición por incumplir los acuerdos”.
La mira ahora se perfila hacia el ordenamiento monetario, “pues hubo un notable aumento en los precios de la carne y la leche, por ejemplo, un toro de primera, que antes costaba cerca de cinco mil pesos, ahora con esta nueva modalidad puede valer de 13 mil hasta 14, en dependencia de su peso.
“Lo mismo ocurre con la leche, la que está en óptimo estado ahora se paga a 7.50 pesos el litro, la de segunda a 7.00 y 6.80 la que cumple en menor cuantía los parámetros de calidad. Al tener todas las categorías un incremento monetario, ganan más los ganaderos y con ello aumentan las producciones”, significó.
Inmersos en la construcción de módulos pecuarios están también los integrantes de las bases productivas, que para este año quieren lograr 289. “Ya hay 181 listos y esperamos en diciembre concluir con los restantes y completar su infraestructura con animales y siembras de alimento animal”, aseguró el directivo.
Lograr el desarrollo ganadero en este territorio a partir del control, la exigencia y las oportunidades locales es el gran reto, como también lo es poner en práctica la ciencia y los conocimientos a favor de la producción de alimentos que dan probados resultados. Hay que allanar el camino con soluciones e iniciativas para que de una vez y por todas se incrementen los resultados y no se quede ni un solo litro de leche sin acopiar.
