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Las Tunas.- Omar Montero siempre tuvo un entendimiento peculiar con la tierra. Quizás los saberes los heredó de sus ancestros o es solo, como él asegura, “el compromiso que todo hombre tiene de extraer de la naturaleza los bienes necesarios para proveer a su familia y tener una existencia plena”. Lo cierto es que este productor ha volcado todo su ingenio en las labores del campo y su patio ha sido considerado de excelencia nacional.

El campesino, de 60 años, no heredó su finca. Llegó a esos predios solo con la voluntad de producir alimentos y el compromiso de hacerlo de la mejor manera posible. Hoy rememora que el lugar lucía muy diferente, la casa era vieja, el patio estaba descuidado, y “esos obstáculos fueron el incentivo para echar pa'lante y retar al mismo clima si fuera necesario”.

Desde la comodidad de su vivienda, con la vista siempre atenta a los destinos de su vivero que ya se ha vuelto famoso en Las Tunas, Omar cuenta a 26 los proyectos que ahora le desvelan y lo impulsan a salir de la cama bien temprano, con el optimismo bien enfocado en el éxito.

acuicultu omar“Me dedico a los frutales. Ahora mismo poseo guayaba enana, limón persa y criollo y una variedad nueva de cereza. También tengo más de 20 mil semillas de café, porque me he propuesto contribuir con la producción de este cultivo en mi provincia. Tengo un convenio para producir más de 100 matas de café para este año, pero por mi cuenta me he adelantado y espero tener cerca de 30 mil próximamente.

“En esta finca se aprovecha todo. Yo reciclo los residuos, hago compost. De hecho, comercializo las lombrices. Preparo mi propio sustrato, con el cual las plantas crecen sanas y vigorosas. No puedo quejarme de los resultados, desde que puse los conocimientos de la ciencia y la técnica en esta ecuación mi tierra goza de excelentes condiciones.

“Se me metió entre ceja y ceja echar a andar un sistema de riego automatizado, y finalmente lo logré. Me tomó tiempo el invento. La máquina está diseñada para que le llegue a las plantas la cantidad justa de agua que necesitan, en dependencia de la humedad relativa, la temperatura y el aire. De esta manera, ahorro el líquido porque a veces lo que necesitan las plantas son 10 o 15 segundos de agua.

“Produzco entre ocho y 10 mil plantas cada mes que se están quedando en Las Tunas, y eso me da mucho gusto, aunque mi meta final es que esas posturas se conviertan en árboles y sus frutos lleguen a las familias”.

Recientemente, un nuevo proyecto ocupa a Omar. El productor, asociado a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Omar Pérez, construyó unas piscinas para la cría de peces ornamentales. Asegura que la inversión fue cuantiosa, pero siempre ha querido diversificar sus empeños. Sus estanques hoy exhiben colisables, bardos y otra especie que se le ha metido por los ojos.

omar acuicultura“Desde que supe de la acuicultura quise formar parte del proyecto. Así que no lo pensé demasiado y puse junto a los peces ornamentales algunos colossomas. Como estos no son carnívoros,conviven con mucha tranquilidad. Esos animalitos son como los cerdos de mi casa, les echo todos los desperdicios de comida, cáscaras de la vianda, y cuánto aparezca. Son una especie muy agradecida, que aumentan de peso con mucha rapidez como la tenca y la tilapia.

“Con respecto a los colossomas y de conjunto con la empresa pesquera, queremos que desoven aquí, algo que aún no se hace en el país. Nos estamos preparando para enfrentar el reto, pero me gusta pensar que será posible y que este será solo el inicio de lo que puede lograr la acuicultura en suelo tunero”.

Omar ha demostrado que la perseverancia y el ingenio son una fórmula infalible para cualquier productor. Confiesa que no le gusta encasillarse en una sola actividad y quiere que su finca siga creciendo, no solo por los beneficios propios sino como una suerte de enseñanza para aquellos jóvenes que pueden encontrar en la tierra la prosperidad que tanto anhelan.