Las Tunas.- La luz del intenso sol de agosto contrastó con la sombra que en esta provincia del oriente cubano dejó la Covid-19. Más casos positivos, más fallecidos y una evidente dispersión de la pandemia aquí serían la huella más visible de este lapso, aunque siempre se pueden hacer otros análisis. ¡Aquí vamos!
Más de 10 mil nuevos positivos en un mes es razón suficiente para colocar a agosto en la lamentable primacía entre sus similares desde el inicio de la pandemia en suelo tunero. Su total de casos “pulverizó” las cifras de julio que ya de por sí eran considerables y triplicó al conjunto de lo detectado entre marzo del 2020 y junio del 2021, con un ascenso alarmante entre la población menor de 18 años. El diagnóstico de apenas 14 positivos importados, el número más bajo desde noviembre del 2020, ratificó la tendencia a la preponderancia de la transmisión autóctona por encima de la foránea.
Si queremos comprender mejor lo ocurrido en agosto vale echar mano a la tasa de incidencia de casos positivos autóctonos por cada 100 mil habitantes, que elimina el sesgo de la cantidad de población y, por ende, es más precisa. Esta continuó subiendo; algo que ha estado pasando desde febrero de este año. No obstante, la velocidad con la que lo hizo en el mes recién concluido fue inferior a la de julio; eso no pasaba aquí desde mayo. Adicionalmente, el 31 de agosto se rompió una cadena de 15 días subiendo la tasa de incidencia provincial. Ambos datos indicarían que se ralentiza el ritmo de crecimiento de la pandemia en el Balcón del Oriente Cubano.
Empero, hay varios factores por considerar antes de absolutizar estos números: primero, la disponibilidad de pruebas PCR en tiempo real y las demoras en su procesamiento; y segundo, quienes quizás no hayan acudido a los centros de Salud a hacerse dicho examen y podrían haber transcurrido la enfermedad sin llegar nunca a figurar en las estadísticas. Consecuentemente, habrá que esperar a por lo menos dos meses más para tener la certeza de que en realidad el ritmo de contagio es más lento.
La crudeza de agosto es tristemente palpable además, en lo concerniente la letalidad. Incluso, solo considerando a quienes perdieron la vida con un PCR positivo o cuya causa de deceso fue absolutamente acreditada a la Covid-19; por mucho, dolorosamente por mucho, el octavo mes del 2021 ha sido el más letal. De hecho, tres de cada cuatro de todos los fallecidos certificados desde el inicio de la pandemia se notificaron a lo largo de estos 31 días.
SE ESPARCE EL VIRUS
Es preocupante también la dispersión de la enfermedad vista en agosto. El día 17, la provincia colocó en 502 su récord de más positivos notificados en un solo día; pero de esos al municipio de Las Tunas solo le correspondieron 333 casos. Cuando se estableció la marca previa (499, el 28 de julio), de la cabecera territorial fueron muchos más: 419.
Salvo "Colombia", el resto de los municipios sumaron más positivos que en julio. Excepto la capital tunera, el resto sufrió nuevos picos de contagios. Incluso, algunos lo hicieron en más de una ocasión: Jobabo en seis, Majibacoa y Manatí en tres; y Puerto Padre junto a "Amancio", en dos. Jobabo tuvo una jornada de más de 100 casos notificados, algo que había sido privativo de la cabecera territorial desde el inicio de pandemia, independientemente de las eventualidades en los retrasos en el procesamiento de los PCR que sufren por igual todos los municipios.
Nuevamente, el prisma de la tasa de incidencia de los autóctonos por cada 100 mil habitantes posibilita tener una mejor idea del comportamiento de la pandemia en cada uno de los territorios. “Colombia” mejoró claramente frente a julio y en el lado opuesto se colocó Jobabo, que al superar por primera vez los mil puntos en su tasa mensual, lo desplazó del segundo lugar en el orden de este indicador entre la totalidad de las demarcaciones municipales tuneras. De hecho, Jobabo vio crecer su tasa de incidencia en un 5,3 por ciento con respecto al mes anterior, cifra muy elevada teniendo en cuenta que otras áreas más pobladas como Las Tunas o Puerto Padre lo hicieron apenas en 0,6 y dos puntos porcentuales, respectivamente.
Evidentemente, durante julio en la tierra del Monte Cabaninguán el SARS- CoV-2 se esparció mucho más rápido que en el resto de la provincia. Aunque ¡ojo!, Manatí, "Jesús Menéndez", Puerto Padre, Majibacoa y "Amancio" mostraron ritmos superiores a la media provincial o de áreas más densamente pobladas como la capital territorial.
FRENTE A TODO ESTO…
Todo este panorama imprimió más tensión al sistema de enfrentamiento a la pandemia con sus puntos más álgidos en la disponibilidad de camas hospitalarias y de dioxígeno medicinal para los pacientes que requieren algún tipo de ventilación asistida. Varios municipios ampliaron el alcance de sus medidas de restricción de la movilidad ciudadana en el afán de detener la escalada en el ritmo de los contagios. Especialmente en Las Tunas, Puerto Padre, Jobabo y "Colombia" e, incluso, en otros que no conocían pautas tan severas como "Jesús Menéndez".
“En la medida en que acerquemos los servicios podrán cumplirse los objetivos”, reflexionó Manuel Pérez Gallego, primer secretario del Partido en la provincia ante las autoridades de la Ciudad de Puertas Abiertas; al tiempo que subrayó que estas pautas son imprescindibles ante la severa situación. “Tenemos que ser consecuentes con la confianza que deposita el pueblo en sus dirigentes, y si logramos calidad, agilidad y soluciones oportunas también mejorará la situación epidemiológica y la eficiencia en el enfrentamiento a la pandemia”, concluyó el dirigente partidista. Su afirmación sería perfectamente válida para el resto de los territorios que llevan adelante acciones similares.
Aún es demasiado prematuro para asegurar con total certeza que esas labores han sido del todo efectivas, aunque la reducción en la tasa de incidencia, por ejemplo, en la capital provincial en la semana que siguió al 21 de agosto con respecto al lapso previo a ese día, sería una señal alentadora.
Contratiempos aparte, la provincia avanzó en la vacunación masiva en el municipio capital y con tino, las autoridades de Salud decidieron emprender una nueva campaña con los adultos mayores de los municipios de Puerto Padre y Colombia. Como resultado de esto, Las Tunas fue de un 4,9 por ciento de su población con esquema completo de vacunación a inicios de agosto, a un 19,3 por ciento al cierre del 31 de agosto.
Sin embargo, aquí también sería precoz lanzar campanas al vuelo, pues ese último porcentaje es inferior al 32,81 que es la media nacional; y todavía está más distante del 70 por ciento indicado por los expertos como adecuado para esperar efectos claros sobre la transmisión del SARS-CoV-2. Sí alienta la noticia de que durante septiembre se acelerará el ritmo de vacunación, incluyendo a la población menor de 18 años de edad.
Agosto se fue con muchas sombras, mas no lo dude, la luz no llegará por sí sola. La veremos si hasta el último tunero comprende que va en serio esta pandemia, la que quizás creímos nunca llegaría a esta parte del país.
