Puerto Padre, Las Tunas.- Hace un año, la vida cambió para Arsenio Pérez Escalona, un joven del municipio de Puerto Padre, quien dejó a un lado su desempeño profesional como graduado universitario y solicitó tierras en usufructo.
Desde entonces no cesa de trabajar para hacer del lugar lo que sueña. Y eso implica despertar temprano en las mañanas y pasar el día bajo el sol, sucio del sudor y el polvo, pero, decidido a sacarles el máximo provecho a unos suelos que, por fortuna, son fértiles.
"Tengo un área total de 25 hectáreas y, de ellas, 18 cuentan con sistema de riego. Esas están divididas en cuatro cuadrantes. Uno está sembrado de plátano vianda y otro de maíz. Los dos restantes se plantan por estos días de calabaza y plátano vianda.
"Las cogí hace un año porque estaban en desuso, llenas de marabú y otras malezas. Con mucho esfuerzo desmontamos todo y ya están en condiciones. Aquí todavía no se ha cosechado nada. Pero, estoy seguro de que dará buenos resultados".
Entre las tantas dificultades que enfrentan los agricultores actualmente está la falta de nutrientes y plaguicidas, más la intensa sequía que año tras año golpea al territorio tunero. A esos y otros problemas hace frente este joven, empecinado en tener excelentes rendimientos.
"La máquina de riego responde a un proyecto en el que el agua llegaba desde el río. Pero fueron muchos meses sin llover y se afectó esa posibilidad. Como alternativa, decidí construir dos pozos y una poceta para rebombear el líquido y garantizar la humedad de los sembrados.
"En cuanto al suelo, es muy bueno. Sin embargo, hay que cuidarlo y mejorarlo porque hace mucho tiempo que no se cultivaba. Me apoyo en bioproductos y el uso de la materia orgánica. Quiero hacer un criadero de lombriz para la producción de humus y ya tengo una yunta de bueyes para atender las plantaciones".
Arsenio no tiene formación académica relacionada con la Agronomía. No obstante, sabe un poco de las labores del campo por experiencia familiar, pues es nieto de campesinos. También tiene muchos deseos de aprender y lo hace de la mano de un buen amigo, quien es su brazo fuerte en la atención a los cultivos.
"Es difícil. Aquí lo que más aparecen son problemas, a los que doy solución poco a poco, sin miedo a los fracasos. Al inicio, mis familiares y amigos no querían porque me apartaba de lo que estudié. Me dijeron hasta loco porque es un área grande. Pero estoy fajado, con mucha voluntad".
