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Dixan togo 1

Puerto Padre, Las Tunas.- En el barrio del Boquerón en Puerto Padre, la madrugada del lunes último se detuvo en abrazos y expresiones de agradecimiento a lo divino y lo terrenal. Así trascendía en medio de la quietud citadina el regreso a casa del especialista en Medicina Interna, doctor Dixan Negreira Ochoa, uno de los valientes del Contingente Henry Reeve que combatió la Covid-19 en Togo.

Había partido el 6 de abril pasado y desde entonces, la familia permanecía en vilo por el médico que con solo 27 años había tomado la mejor decisión. Cuenta que todo fue muy rápido, la elección, organizar el viaje, la preparación en La Habana y el vuelo a la nación de África subsahariana... No vaciló en alistarse, porque para eso había escogido la Medicina.

“Es un privilegio que me hayan seleccionado, siendo un especialista recién graduado. Crece el orgullo al tener la oportunidad de ser internacionalista y pertenecer a la 'Henry Reeve'”, revela visiblemente emocionado ante quienes lo esperaban.Dixan togo 2

El más joven de la brigada médica cubana en Togo, aprecia la vida como el mejor regalo, por eso tuvo que crecerse desde la primera jornada y hacer valer los conocimientos adquiridos entre los colegas y profesores del Hospital General Docente Guillermo Domínguez López. “Estar frente a una enfermedad nueva, y en otra latitud impuso el reto de investigar constantemente, a la par de las visitas a los pacientes”.

De la mano de su esposa, la doctora Ledianet Álvarez Infante, Dixan confiesa de los días y las noches en pleno enfrentamiento a la epidemia, de la gratitud de muchos por salvarlos y las atenciones médicas ofrecidas. En el momento de la titulación de su amada, él estaba en consulta y mediante llamadas se mantenía al tanto del progreso de los ejercicios finales. “El deber se antepuso, porque así debe ser”, dice Dixan.

Habla del miedo como condición de autodefensa, de las precauciones para no contagiarse y de la profesionalidad de todos los miembros de la brigada. Se regocija por el reconocimiento de los pobladores y las autoridades de Togo, el recibimiento en el país y el diálogo con Miguel Díaz-Canel Bermúdez. “Conté mis vivencias en el encuentro con nuestro Presidente, estaba nervioso -revela-, casi ni me salían las palabras, pero dije de cuánto aportamos en esta lucha contra la Covid-19”.

Al preguntarle por la bata blanca con la marca país, obsequio del Gobierno cubano, se intensifica el brillo de la mirada y dice: “Sabré llevarla con honor y actuaré pensando siempre en lo que significa país”.

Con humildad, esa que le viene de sus raíces, Dixan Negreira Ochoa agradece a todos por confiar en él y remarca corresponder siempre al sacerdocio hermoso de la Medicina de esta Isla irredenta.