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calle nasobucos

Las Tunas.- En los últimos días, las cifras de personas infectadas por el nuevo coronavirus han aumentado considerablemente en nuestro país. Las autoridades sanitarias prevén los momentos de mayor incidencia de la virosis, y se hace evidente que la situación puede complejizarse un poco más. En tales circunstancias, 26 Digital dialogó con varios tuneros y comparte sus opiniones referente a los tumultos, las colas y el comportamiento social.

Ileana, vecina del reparto Aeropuerto, asegura que falta mucha más percepción de riesgo, pues sus propios vecinos andan haciendo mandados todo el tiempo, como si no existiera el peligro real de enfermarse y contagiar a los otros.

“Me preocupa mucho la situación -puntualiza la sexagenaria-, y no estoy exagerando. Sucede que nos hemos confiado, porque solo se ha enfermado una tunera en el municipio de Jesús Menéndez y pensamos que estamos ajenos al virus. El único día que salí para una compra necesaria me encontré la calle central llena de gente, siento que para nada estamos cumpliendo con lo que orientan las máximas autoridades”.

“Yo lo he visto, nadie me hace cuento, hay personas madrugando todos los días para hacer colas y comprar el producto que saquen. No me molesta el hecho de que revendan y exploten al pueblo, ahora lo que más me preocupa es que pueden enfermar a medio pueblo por unos pesos. En estos momentos revender, más que inescrupuloso, es un crimen. A pesar del reforzamiento de la acción de la Policia, debe ser mayor el enfrentamiento a las ilegalidades en los barrios.”, expresa Ana María, de 52 años.

Luis Suárez comparte su enojo: “Oiga la gente se cree que los nasobucos son mágicos, andan con el trapo en la boca y ya piensan que pueden hacer vida normal. Se empujan unos contra otros en las colas y ahora hacen más compras que antes. La gente no entiende que es mejor comerse una sopita que exponerse a la pandemia”.

“En mi barrio todo sigue igual, o peor. Los jóvenes juegan pelota por las tardes, los muchachos andan mataperreando de casa en casa; he visto, incluso, a personas jugando dominó, en fin, espero con ansias a que llegue la cuarentena obligatoria y tomen medidas con los irresponsables. Temo que se complejice la situación en la provincia, porque nos falta mucha cordura y buen juicio”, confiesa Elsita.

LAS MEJORES EXPERIENCIAS…

“Hay que reconocer que el panorama ha cambiado mucho en los últimos días. Uno observa cada vez más a las personas protegidas con los nasobucos, y eso se debe a la información oportuna de los medios de comunicación. Es verdad que hay que lograr un mayor distanciamiento social”, dice Manuel, cochero.

“He notado que en las colas se ha logrado mantener un poco la distancia entre las personas. Debería haber más organización, pero hemos mejorado bastante. Aún hay mucho ajetrero en las calles, eso es cierto”, expone Luisa Míriam, vecina del reparto Casa Piedra.

A estas alturas se conocen también experiencias muy positivas. Muchos pobladores tienen a la entrada de su casa un recipiente de agua con cloro para aplicar en manos y pies para los escasos visitantes. Exhiben también carteles, en los portales, con el oportuno consejo: “Quédate en casa”.

Algunos presidentes de CDR se han dado a la tarea de exigir que los vecinos permanezcan en sus viviendas, usen los nasobucos en caso de salir a hacer cualquier gestión impostergable y velan porque los niños no salgan de sus hogares.

En muchos núcleos han adoptado la estrategia interna de que las personas jóvenes sean las encargadas de hacer las compras, una vez a la semana, para proteger a los ancianos y los niños.

DE CARA A LA COVID-19

El coronavirus nos ha retado a repensar nuestras rutinas, a aplicar el distanciamiento físico como la mejor manera de permanecer a salvo. El hecho de que la provincia reporte un solo contagiado, hasta la fecha, no significa que estemos exentos de enfermar o que la virosis no se encuentra presente en el entorno tunero.

Las autoridades sanitarias en el territorio abogan por la necesidad de extremar las medidas preventivas con el objetivo de frenar la propagación del virus. Se prioriza la vigilancia epidemiológica y el pesquisaje en las comunidades para identificar a los enfermos. No obstante, vale reiterar que la participación del pueblo será decisiva en el futuro progreso de la enfermedad en el país.