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Las Tunas.- El centro de información Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé) adscrito a la Casa Iberoamericana de la Décima (CID), recoge un buen número de documentos alrededor de la espinela, su historia ligada al bardo, así como de la Jornada Cucalambeana.

Leticia Fernández, especialista principal de la Casa, fue quien pensó y asumió la tarea con la clasificación y resguardo de entre 100 y 200 libros, cifra que creció notablemente con la primera sede en la Dirección Provincial de Cultura.
"Existió la necesidad de crearlo y se fundó el 21 de octubre de 1996. Empecé a catalogar lo que había, textos, concursos, y poco a poco el patrimonio fue aumentando", dice Fernández y subraya que este esfuerzo respondió al afán de organizar la memoria histórica de la institución.
Aclara que la CID nació en 1993, pero carente de esa intención de archivar los legajos que rodeaban sus actividades y los datos que podían demandar el público, escritores y estudiosos.
"El primero de marzo del 2005 nos mudamos para el área de los especialistas en la Casa de la Décima, en la calle Colón, luego -ya hace alrededor de 10 años- nos dieron el local del frente y allí agrupamos todo.
"Tenemos una colección mucho más amplia, con las obras completas de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, un facsímil de su libro original, ejemplares únicos de la décima, los premios Cucalambé, otros galardones importantes de la espinela en diferentes lugares del país y regiones internacionales como Canarias, más todas las investigaciones que se han hecho en la CID".
Manifiesta su preocupación por la poca afluencia de público en la última etapa en activo, pues era común que pasaran los estudiantes de la carrera de Estudios Socioculturales, o de otras de las artes, demandantes en muchas ocasiones de la profusa información digital en poder del centro. Actualmente el recinto está cerrado, pero se trabaja en la actualización de sus archivos para abrirlo en los meses venideros.
Alrededor de dos mil documentos, entre los que se incluyen las memorias de la Jornada Cucalambeana desde 1985, los coloquios y certámenes como el Justo Vega, también esperan allí por los estudiosos y amantes de la tradición.