Las Tunas.- La joven camagüeyana Rosabel Pi González se alzó como ganadora del Concurso Nacional de Glosas Canto Alrededor del Punto, con Última solicitud de matrimonio a soldad, resultado dado a conocer -como parte de la Jornada Cucalambeana- en el Catauro de la Décima de este 30 de junio, en Las Ruinas de El Cornito.
El jurado, integrado por Juan Carlos García Guridi, Yadira Troche Nerey y Guillermo Castillo Vega, luego de analizar las 22 obras en competencia, entregó el lauro por unanimidad a ese texto, que glosa versos del poema "Acto de fe", perteneciente al libro Los hemisferios contrarios, de Alexander Aguilar y Carlos Esquivel, merecedor del Premio Cucalambé 2017.
Además, se otorgó una primera mención compartida a Herencia regresiva y Flores blancas, del tunero Esteban Daniel García López y la camagüeyana Nitza Estela Núñez, respectivamente. También se entregaron dos menciones a Amor sobre amor, y Amor en cóncavo y convexo, de la mayabequense Mayrelis Ruiz Torres y el tunero Antonio Luque Álvarez, en ese orden.
En diálogo con 26 la premiada, de solo 25 años de edad, confesó que es la primera vez que participa en el certamen, del que conoció gracias a Linnet Molina, coterránea que ganó la pasada lid. Bel, como la llaman, es cardióloga de profesión y dice haber descubierto la literatura mucho antes que la Medicina porque desde niña siempre estuvo rodeada de libros y leía "compulsivamente".
"No sé qué sería de mí sin la poesía, sin la literatura. Es lo que me ayuda a superar todos los procesos. He cultivado la narrativa, el verso libre y otras formas estróficas, pero desde el día en el que mi amigo poeta dominicano Miguel Contreras me acercó a la octosílaba rima, quedé enamorada. Luego Alejandro González Bermúdez, director de la Casa de la Décima de Camagüey, me incluyó en el grupo Última Hoja. Así comencé a rodearme de rapsodas y a ganar algunos premios. Hoy sé claramente que mi cometido es escribir", resume la muchacha sobre su llegada al fascinante mundo de las letras.
Hechizada por el movimiento literario que observa en Las Tunas y orgullosa de vencer en la lid a poco más de un año de meterse "de a lleno" en la manifestación, considera la superación como una herramienta clave para un escritor. "Aquí todo está inventado, como dice mi profesor Alejandro. Por eso, es importante nutrirse de los referentes y también leer a tus contemporáneos. Es admirable la diversidad de formas estróficas y de lenguaje que existen", dijo.
Desde pequeña, según le cuenta su abuela, si el libro no tenía poesía consonante, lo apartaba. La décima vivía en ella, solo no lo había descubierto. "En la poesía de Bel lo que no puede faltar es lirismo, me gusta que impacten los poemas, que les transmita algo a la gente. Mi poesía no puede ser obligada, debe nacer", agregó quien también se desempeña como locutora.
Cuenta que Última solicitud de matrimonio a soledad nació un día que estaba en la casa sola, no había corriente y se encontró con un fragmento anotado en su blog de notas de Los hemisferios contrarios, de esos que le causan tanto impacto "que me muero en el verso", como le gusta decir. Y ahí nació la glosa. Pero, aclara, "no escribo glosas porque diga 'voy a glosar a fulano o mengano'. Cuando leo algo que me impacta, lo guardo para utilizarlo algún día".
Rosabel hoy no ejerce la Medicina porque se ha entregado casi por completo a la literatura, lo que verdaderamente la hace feliz. Con su voz hermosa, rapidez de pensamiento y belleza similar a la de una Flor de Birama, camina de la mano de Alejandro Muñoz, su pareja, quien por azares del destino también compitió por primera vez en el Concurso Cucalambé, de décima escrita, obteniendo una mención.
"Obtener este premio es un paso muy grande. No me gusta correr, necesito las menciones para crecer", afirmó ella. Y, con la cabellera suelta, sombrero de yarey encima y la mirada perdida entre libros, se aleja de los predios de El Cornito con la intención de volver en próximas ediciones a esta tierra de tradición poética. Por nuestra parte, te esperamos, Bel.