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Las Tunas.- Culminó un año y el almanaque se presta a recordar escenas importantes. La cultura tunera, igualmente afectada por la pandemia, vivió momentos de teatros cerrados, galerías a oscuras, distanciamiento… Pero también hubo evolución e inventiva en las redes sociales, hasta que llegó el reencuentro.


DE CIERTAS METAMORFOSIS

Las musas se expandieron en la cuarentena, dando vida a atractivas propuestas como Payasos a domicilio (Teatro Tuyo); Pesquisa Literaria (Marina Lourdes Jacobo) y videos individuales de creadores en internet.

Aunque no tuvimos Feria del Libro, otros eventos se reinventaron como la Jornada Cucalambeana, que se realizó online (con 18 países), así como el Portus Patris y el festival de magia Ánfora. El Entre Música se efectuó con talento local y los debates del Cinemazul ocurrieron en municipios.

NOVEDADES

Por primera vez un tunero recibió el Premio Nacional de Radio. Se trató de Jorge Luis Rodríguez Pupo, locutor de Radio Libertad. Al artista de la plástica Rogelio Ricardo se le otorgó la Distinción Por la Cultura Nacional, debido a sus múltiples aportes al desarrollo del sector. Llegó el anhelado debut de la Orquesta Sinfónica de Las Tunas y la biblioteca provincial José Martí se situó a la vanguardia del país en cuanto a la digitalización de todos sus catálogos.

ESTRENOS Y OTROS ALEGRÍAS

El V Taller Internacional de Payasos logró la confluencia de saberes en torno al clown. Las Artes Escénicas estrenaron puestas como Fiesta de Narices (Teatro Tuyo), Trapito (Guiñol Los Zahoríes), Hibrys y Esperando algo (Total Teatro), Los Lwá (Compañía folclórica Onilé) y Poquito, pero de tó (Proyecto Parocomedia).

El concurso nacional de narrativa Guillermo Vidal vivió una transformación necesaria en jornada, amplió su alcance y tuvo récord de obras en competencia.
Escritores y pintores tuneros ganaron importantes certámenes; mientras músicos, actores y otros, participaron en festivales internacionales online. El cuadro Cargando la esperanza, de Ángel Luis Velázquez, por ejemplo, obtuvo segundo lugar en el Concurso Internacional de Arte sobre Covid-19.

Dalgis Román y Carlos Téllez, de la televisión, y Miriam Vega, de la radio, recibieron la Distinción Artista de Mérito. También vieron la luz los primeros discos de la orquesta danzonera Cubaclamé (Un pedacito de amor) y el dúo Apogeo (de igual nombre), y se empezó a grabar el del cuarteto de guitarras Sultasto.

La casa de la cultura Tomasa Varona llegó a sus cuatro décadas. Ejemplo del caudal del Movimiento de Artistas Aficionados fue el festival provincial Tudanza.

La Fuente de las Antillas, por su parte, mereció una tercera mención nacional en Restauración de Monumentos. Mientras los salones Uneac y Homenaje a mi Ciudad nos dejaron un bonito sabor por agrupar a generaciones de artistas.

Son solo pinceladas de la cultura en el 2020, en que se demostró que “ella” sobrevive a cualquier circunstancia y, aunque limitada por la pandemia, el público recibió su porción de arte.

 

 

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