Las Tunas.- El colectivo de la Empresa Eléctrica de Las Tunas recibe este 14 de Enero, Día del Trabajador Eléctrico, con importantes metas laborales cumplidas, que aportan a la calidad de vida de la población y la economía del país, a pesar de la compleja situación energética del 2022.
Carlos Rafael Arias Sobrino, director de la entidad, refirió que “la culminación de la base 22 del parque eólico La Herradura 1 (LH1) es uno de los mayores retos que enfrentamos el año pasado, y que nos pone un paso por delante en la generación de energía de la provincia.
“En la parte comercial hemos avanzado en la recaudación del pago de la tarifa eléctrica, gracias a las plataformas digitales, en el caso del sector residencial se cumplió al 99,66 por ciento, lo que quiere decir que se recaudaron 25,2 millones de pesos”.
Al respecto, Roberto Conesa, director comercial, explicó que “se consolidaron las modalidades de cobro de electricidad por las diferentes vías, solamente somos superados por el municipio especial Isla de la Juventud. Las Tunas tiene más de 60 mil clientes que realizan el pago por las vías electrónicas, lo que representa el 39,3 por ciento de su totalidad”.
Otro de los éxitos fue el aporte de ocho nuevas innovaciones que dan soluciones a problemas del sector por parte de miembros de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR).
Jorge Luis Santana Cordero, director de Inversiones, consideró que el calendario recién despedido fue acertado en materia de ejecución de inversiones. “Ya se trabaja en la culminación del centro de operaciones del parque eólico LH1, así como su cercado perimetral; avanzamos en la construcción de los ocho apartamentos residenciales en el reparto Fínlay y se culminaron las dos viviendas del sector que estaban previstas en Puerto Padre, lo que da cumplimiento al programa de atención al hombre.
“Asimismo, electrificamos 10 obras, de organismos tan diversos como la Agricultura y el Ministerio del Interior. De igual modo, se trabaja en la ejecución de los parques fotovoltaicos La Viste y La Línea, en Puerto Padre, municipio que ya posee dos y los que sumados a los dos existentes en Manatí aportan 11 megawatts a la red nacional y cumplen todos los meses su generación y disponibilidad”, concluyó.
“A pesar del déficit de recursos para satisfacer las necesidades de la población, logramos brindar 646 nuevos servicios en todo el año, 734 cambios de voltaje y 84 variados de lugar. Es esta una de las proyecciones para el 2023, alcanzar mayor respuesta a las solicitudes, remarcó Conesa.
“Hacia lo interno, queremos continuar informando a nuestros clientes sobre las bondades del pago de la facturación eléctrica para aumentar las recaudaciones por estas vías, y perfeccionar la gestión de facturación y cobro de la electricidad para mejorar los indicadores de eficiencia”, finalizó.
Añadió Arias Sobrino que en “el proceso técnico en redes no se pudieron llevar a cabo todo el mantenimiento previsto a los transformadores dañados, los que eran reemplazados por otros nuevos y los deteriorados se les alargaba su tiempo de vida en el taller. Ciertamente, nos estamos enfrentando a muchas limitaciones”.
Una de las cuestiones más importantes evaluadas durante el pasado año resultó la no ocurrencia de accidentes graves en el trabajo, ni pérdidas de vidas humanas, ni siquiera en el tiempo que sus brigadas estuvieron luchando contra las huellas dolorosas del huracán Ian en el occidente del país.
Nancy Almaguer, directora de Recursos Humanos, aportó datos que ayudan a explicar parte de ese éxito. “Tenemos una escuela de formación donde se prepara el personal que va a trabajar con nosotros, y otras acciones de capacitación que se realizan como es el caso del Centro de Llamadas. Para laborar como linieros se requiere la especialización y como mínimo la persona debe recibir una capacitación de tres meses, para que sepa cuáles son los mecanismos y la importancia de cada uno de los medios de protección”.
El país afrontó un año con muchas limitaciones de recursos y el déficit de capacidad de generación que nos mantuvo a raya casi los 12 meses, lo que obligó a la Empresa Eléctrica de Las Tunas a poner a prueba sus conocimientos e inventiva para afectar lo menos posible a la población.
