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Las Tunas.- Permanecer en  los centros de aislamiento es una decisión arriesgada que implica algo más que valentía: un inmenso compromiso y amor por lo que se hace. Y usted lector coincidirá en que las actuales cifras de muertes que deja a su paso la Covid-19 llegan a intimidar a cualquier persona. Pero ahí están ellos, en la primera línea, para salvar vidas.

Son hombres y mujeres de pueblo, padres y madres de familia que también sienten temores; pero no titubean al dar el paso al frente, movidos por el principio humanista que los hizo elegir la profesión. Por suerte, hasta el momento, nuestra realidad dista bastante a la de otras naciones y aquí la inmensa mayoría, a pesar de la preocupación, confía en un Sistema de Salud; sostenido por seres anónimos que hoy visten batas blancas y verdes.

Ahí está Antonio Julián Menéndez de la Fuente, especialista en Medicina General Integral, que desde hace más de 10 días no ve a sus niñas, la más pequeña de tres meses de edad. Desde su responsabilidad de director del centro de aislamiento Los Caciques, asegura que allí “todos están bien, velando por el bienestar de los tuneros”.

Así mismo lo confirmó el licenciado en Enfermería Yoiler Ruiz: “No voy a negar que se siente miedo porque es una pandemia que ataca al mundo, pero es nuestro deber tratar de frenarla. Hemos atendido a los pacientes de la mejor manera posible y hasta ahora mantienen un estado favorable".

Detrás de la cerca perimetral, 14 profesionales del sector (especialistas en Medicina General integral, Medicina Interna, Pediatría, técnicos de Laboratorio, licenciados en Enfermería) van de frente desafiando los mayores peligros. Y si bien hasta la fecha solo estuvo entre ellos una paciente con diagnóstico positivo a la Covid-19, el peligro está latente.

 “Hoy tenemos ingresados 34 pacientes con una evolución favorable y algunos de ellos se encuentran asintomáticos totalmente, pero permanecen en vigilancia, pues tuvieron contacto con uno de los 40 casos positivos que tiene el país en estos momentos y estarán aquí en vigilancia por 14 días”, refiere Menéndez.

Un elevado porciento de pacientes cursa la enfermedad sin mostrar síntomas, como fue el caso de la residente en el municipio de Jesús Menéndez, quien mantuvo contacto con un italiano de 70 años, reportado de crítico. “Esta paciente transitó por aquí cuatro días hasta la confirmación y posterior traslado hacia Holguín”.

El galeno refiere que las muestras del exudado nasofaringe a los pacientes ingresados se toman entre el tercer y el séptimo día de aparición de los síntomas. “La prueba no se le va a realizar a todos los pacientes -aclara-, solo a los que presentan signos; el resto permanece bajo vigilancia y tras el período indicado puede valorarse un alta desde el punto de vista clínico y epidemiológico”.

“Hasta la fecha, 48 personas han regresado a sus casas, asintomáticas con seguimiento por el equipo básico de Salud en ingreso domiciliario por 14 días.

“Tenemos un sistema de información; cuando el paciente llega al centro se le solicita un número telefónico y diariamente, a partir de las 2:00 de la tarde, se le informa el estado de salud del ingresado al familiar".

De acuerdo con el especialista, el nuevo coronavirus que hoy mantiene en vigilia al mundo tiene dos maneras clínicas de presentarse: una, como catarro común y la otra, de respuesta aguda severa, que generalmente tienden a padecerla los adultos mayores con enfermedades crónicas: diabetes, hipertensión arterial, asma bronquial, cardiopatía...

PREVENCIÓN PALABRA DE ORDEN

Desde temprano, responsables de la campaña desinfectan el área porque allí, ciertamente, hay que extremar las precauciones. No menos importante resulta la labor del personal de servicio, el cual también ha dado muestra de solidaridad y disposición.

“Aquí las medidas están establecidas a través de un flujograma y se exige permanentemente la protección de los médicos. Los carros se fumigan en la entrada y a la salida del centro para evitar la posible propagación.

“El personal de posguardia, después de 24 horas en Los Caciques pasa a un área en la que están creadas las condiciones para la desinfección de los mismos. Una vez en su domicilio deben mantener las medidas preventivas, que también conoce la población, como mantener la distancia entre las personas y el lavado frecuente de las manos”.

La laboratorista Rosalía Lera refiere que se protegen mucho y desde la llegada misma hay un encargado de facilitarles la ropa antes de pasarlos al laboratorio. “Una vez que tomamos la muestra se conserva en un medio hasta ser trasladada por un microbiólogo hasta el Centro Provincial de Higiene. Allí se hace el embalaje y es enviada a Santiago de Cuba".

Y agrega: "Tras culminar los exámenes desechamos el vestuario y nos ponemos uno nuevo. El paciente se trata de la mejor forma posible para que no vaya a sentirse rechazado”.

Toda precaución es poca si se trata de preservar la vida. Es el mensaje también de quienes permanecen aislados allí con sospecha de la enfermedad. “Quiero que se cuiden, protejan y usen nasobucos; solo salgan de la casa lo necesario; eviten hacer colas”, insistió una paciente de 24 años.

Una gratitud infinita merece el personal de Salud que trabaja sin descanso para garantizar el bienestar de todos. Y la mejor manera de corresponder a tamaña heroicidad es cumplir con las orientaciones; solo así habrá valido la pena tanto esfuerzo.