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amor7

Las Tunas.- Todos los meses deberían ser febrero. O quizás el "14" un número perpetuo. De cualquier modo, la amistad y el amor andan de fiesta, reciclan las promesas y los regalos. Unos multiplican el alcance de la fecha. Otros prefieren encerrarla entre dos y apretar lazos.

Lo mejor es que los buenos sentimientos anden de puerta en puerta. Salvan, humanizan, dan sentido a los caminos más agrios. Amanecer es un acto de amor. Sonreír es un beso. El abrazo es infinito, no importa cuánto dure. Amar es fuerza, eternidad, realización.

Miremos la luz. Son tiempos que desbocan en las rocas . Hay que ablandarlas con ternura, en ese día que suma y hace los otros, el después, la vida misma. Cúpido es una leyenda bonita. Con flechas puras vale, con dardos falsos, no.

Venga el amor y hagámoslo la canción cotidiana, la mano que extendemos al vecino, al colega, al enfermo, al doliente, con quien podamos encontrarnos en los caminos comunes. Al congénere. A ese paisano que peina canas. Al niño que crece y necesita sembrar afectos en el alma. A la embarazada que requiere de mimos, tolerancia y apoyo.

No hagamos rondas de lugurias y luces un febrero 14. Eternicémoslo... hoy, mañana, pasado... el día que viene cuesta arriba. Nacer es amor. Vivamos en él. Esa es la raíz. Pétalos rosas para días de amor. Convoquemos desde adentro, corazón profundo. Corazón de todos.