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Las Tunas.- Mientras recibía el Título Honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, Reydenis González Céspedes pensó en sus compañeros de la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Calixto Sarduy Arcia, en su familia y en toda la gente que hizo posible que llegara hasta ahí.

Así lo dijo, poco antes de salir hacia La Habana, desde la comunidad de Becerra, en el municipio de Las Tunas, y esas palabras muestran la humildad de un hombre que nunca aspiró a premios ni reconocimientos, aunque atesora muchísimos, acumulados durante largos años.

“Me han distinguido mucho. He sido Vanguardia Nacional por varios años consecutivos y poseo distintas medallas por los aniversarios de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y por el triunfo de la Revolución. Además, viajé a Francia por la Unión de Jóvenes Comunistas y fui a Uruguay, por cuestiones de trabajo”.

REY5Por su modestia no lo dice, pero a sus 59 años de edad también ostenta la Distinción Antero Regalado, la Medalla Romárico Cordero y la Orden 17 de Mayo, por más de tres décadas de intenso quehacer en el sector cooperativo y campesino del territorio tunero.

“Soy natural del municipio de Jesús Menéndez y me mudé para Becerra en el año 1983, cuando vine a pasar el Servicio Militar Activo. Me quedé porque formé mi familia y aquí sigo, ayudando a la comunidad, aprendiendo de ellos y aplicando las mejores experiencias, que es lo que va a dar resultados.

“Toda mi familia es del campo, gente laboriosa y humilde que me enseñó a ser útil. Yo iba a la escuela en una sesión y en la otra, para el trabajo. A la CPA llegué en 1986 y me desempeñé como obrero agrícola y ordeñador. Soy el presidente hace casi 24 años”.

Reydenis no descansa y hace mucho que no disfruta de vacaciones, pues su vida gira en torno a la cooperativa. Sus allegados aseguran que dedica más de 20 días del mes a las labores agrícolas y lo mismo deshierba, que chapea o recoge cosechas. ¡Es una máquina!, comentan todos.

Y es cierto. Es una máquina; aunque solo para el trabajo porque debajo de su eterno sombrero y la camisa de mangas largas habita un ser humano excepcional, honesto, sincero, sensible a los problemas de las otras personas y, sobre todo, agradecido.

“Lo único que he hecho en esta vida es trabajar, pero sin los demás no hubiera sido posible obtener ese reconocimiento tan importante. Agradezco a todos, especialmente a mis compañeros de trabajo, a mi familia y a la memoria de mi hijo, que Dios lo tenga en la gloria”.

Es diabético e hipertenso y con esos padecimientos muchos se rendirían. No él, jamás. Le place manejar el ganado, sembrar cultivos varios y ver los resultados no solo para los asociados, sino para los vecinos, a veces en comida y otras, en el consultorio, la bodega y la escuela con mejores estructuras.

“Mientras pueda, trabajaré día y noche, sin descanso. Y si la vida no me permite seguir, habrá relevo, mas el quehacer de la cooperativa no se detendrá. Hemos preparado muchachos jóvenes y el vicepresidente tiene menos edad que yo, así que no habría problemas.

“Lo importante es saber que las cosas sí se pueden hacer, que hay limitaciones, igual que en todas partes. Sin embargo, aquí nos crecemos ante las dificultades, con un colectivo de cooperativistas muy bueno que labora día a día, aplicando la ciencia y la técnica”.

Reydenis, Rey o Denis -así lo llaman muchos- lleva 36 años como miembro de la ANAP, de cuyo Comité Nacional fue parte durante dos mandatos. También asistió como delegado al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba y ha merecido muchos otros reconocimientos.

Sin proponérselo ha sido un defensor a ultranza de la dignificación de los residentes en las zonas rurales y eso lo hace enormemente feliz. Hoy los representa como único Héroe del Trabajo del sector cooperativo y campesino de Las Tunas.

Aun así, todos los días, cuando el reloj marca las 4.00 am, se repite que debe esforzarse más, que es insuficiente su aporte y que Cuba no necesita los superpoderes de un héroe, sino de su voluntad manifiesta de trabajar y seguir adelante.