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Las Tunas.- Maritzabel Concepción Guerra recorrió junto a nosotros la Dependencia de Duplicados del Registro Civil en Las Tunas. Fue cosa de unos pocos minutos, interrumpidos apenas por sus explicaciones y el flash de la cámara de Rey, cómplice fiel en la triste aventura.

Ella es una de las cinco mujeres que laboran habitualmente allí, en el sitio añejo de la calle Julián Santana, entre Lucas Ortiz y Lico Cruz, que antes había sido sede de una logia masónica. Todas dominan, y algunas hasta con los ojos cerrados, los libros nada despreciables que recogen nacimientos, defunciones y matrimonios de toda la provincia desde los tiempos de la colonia.archivojusticia1Maritzabel Concepción Guerra.

Maritzabel abrió el local para nosotros esa mañana. Por ella supimos, tras un golpe brusco al ventanal de la entrada, dónde está cada cosa en aquel laberinto. Explica que esos documentos nunca llegan a depurarse. "Los archivos nuestros son especializados, se conservan toda la vida excepto las escrituras notariales que pasan a los 40 años al Archivo Histórico, sin embargo, los libros del estado civil deben mantenerse todo el tiempo como parte del patrimonio de la Dirección Provincial de Justicia”.

La escuchamos y es fácil concluir que, en un pueblo donde la gente seguirá naciendo, casándose y muriendo, dentro de poco no habrá local suficiente allí para atesorar la historia de lo que somos. Pero eso, que ya es asunto a atender, deja de tener relevancia ante el panorama que nos encontramos.

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La humedad y las filtraciones son cosa seria en las paredes, la instalación eléctrica está con la cablería al aire y los ácaros deben hacer fiestas entre los pliegos, no solo porque el polvo es evidente, sino porque calculan que hace ya alrededor de dos años que no se hace una fumigación seria, algo que antes asumía Labiofam.

El baño es un peligro evidente para cualquiera que decida atreverse a entrar, no hay climatización alguna, la carpintería es un desastre y, cuando llueve, aquello da grima. Lo peor es, más allá de todo eso, la posibilidad de perder un libro.

archivojusticia11Aracelis Esperanza Goulbornes Milanés, subdirectora general de la Dirección Provincial de Justicia.Aracelis Esperanza Goulbornes Milanés, subdirectora general de la Dirección Provincial de Justicia, está consciente de la gravedad de esta situación y explica que no es exclusiva del local en cuyo patio conversamos.

“Cerrando el 2020 logramos reparar la Notaría del municipio cabecera a través del uno por ciento de la contribución territorial y reparamos, además, el Registro de la Propiedad de Calixto, en Majibacoa.

"Pero en malas condiciones se encuentran también las direcciones municipales de Justicia de Manatí y Colombia. En esta última, donde está el Registro Civil, en los días de lluvia se vuelve imposible trabajar".

Volviendo al local en que nos encontramos, insiste: "Hace poco tiempo adquirimos guantes, productos de limpieza, pero el trabajo que requiere este local es mayor que ese, las personas capacitadas para laborar aquí ni siquiera tienen los materiales para encuadernar los libros.

"Nosotros hemos recibido inspección de los organismos encargados del cuidado e higiene del local, y todos coinciden en que aquí no existen las condiciones óptimas para este tipo de archivo. Hace más de siete años que no nos aprueban presupuesto para inversiones y menos para reparaciones y mantenimiento”.

Por las trabajadoras conocimos que en los altos de la amplia casona de la calle Julián Santana estaba una dependencia de la Consultoría Jurídica y debió cerrar porque las condiciones del local no dieron para más.

Con el temor de que les suceda lo mismo viven y, desde la mañana de esa visita, nosotros también.

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