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Ante la alta degradación,  se imponen acciones de conservación.

Las Tunas.- El manejo sostenible de la tierra para la protección y progreso de los suelos está entre las prioridades de muchos entendidos en estos temas. Y no es para menos, los de Cuba son altamente erosionables y solo el 23 por ciento de ellos tiene categoría productiva.

Esa realidad, que exige atención constante desde un prisma multisectorial, se hace mayor en una provincia como esta, marcada por largos períodos de intensa sequía, especialmente en la última década.

Por acá, según declaraciones recientes del Ministerio de la Agricultura, a "la seca", como la bautizan los campesinos más conocedores, se suman erosión, acidez, baja fertilidad, poca profundidad efectiva y salinidad, especialmente en la zona norte del territorio.

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Trabaja Las Tunas en el mejoramiento y conservación de los suelos

Ante la alta degradación, consecuencia directa de que pierdan sus características originales, se imponen acciones de conservación, constantes y atinadas. En eso trabajan los especialistas de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en el territorio; y tocan puertas, aúpan buenas prácticas y apuestan, cada vez más, por reducir las agresiones a los suelos, usar restos de cosechas y abonos orgánicos para tratarlos y atender sus particularidades y necesidades más apremiantes.

Quizás el mejor ejemplo de lo que se puede hacer está ahora mismo en la finca Hermanos Velázquez, de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Cuba Va, en el municipio de Majibacoa, insertada desde el año pasado en el programa de manejo sostenible de la tierra.

Bajo la categoría de iniciada, buscan reducir la degradación de los suelos disminuyendo la erosión, de ahí que laboren para incrementar el rendimiento de los cultivos, la superficie cubierta de bosque y, al mismo tiempo, poner coto a la contaminación del agua y el suelo, como recursos naturales.

No son los únicos. Otros esfuerzos en estas tierras se van abriendo paso y ya están siendo valorados los expedientes de dos nuevas fincas para incorporarlas a este programa. Tal es el caso del polígono de suelo de la unidad empresarial de base (UEB) Adolfo Villamar, de la empresa agropecuaria Jesús Menéndez, y la CCS Mártires de Bolivia, en Puerto Padre.

Todos los esfuerzos tienen entre sus esencias que es el suelo parte de la vida misma, microorganismos le habitan y mejorar su actividad de manera saludable es también una apuesta por la calidad de la existencia en el planeta y por el feliz desarrollo de los muchos procesos que desde él se desencadenan.

Armonizar con acciones concretas el sueño posible de la conservación de los suelos es el camino; en Las Tunas para eso se trabaja.