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Arnulfo Álvarez Hernández Empresa Eléctrica foto Dianelis González

Por estos días se cumplió el aniversario 110 de la irrupción de la electricidad en Las Tunas, contexto que anima a resaltar nombres valiosos en el devenir de un servicio que, aunque hoy vive etapas de restricciones, se ha forjado a golpe de mucha entrega de sus hacedores

Las Tunas.- De complexión delgada y movimientos pausados, Arnulfo Álvarez Hernández tiene la humildad de los grandes, la creatividad e intuición que arrojan los muchos años, el don de enseñar y de aprender como los sabios, con el trabajo arduo y la práctica de la mejora continua.

Durante 32 años, el respeto a sus compañeros y la honestidad han marcado el quehacer de este especialista principal, perteneciente a la unidad empresarial de base (UEB) Despacho en la Empresa Eléctrica Las Tunas.

DE LAS COMPLEJIDADES INICIALES

"Cuando comencé, viajaba cada día desde Cuatro Caminos hasta la antigua Planta, que entonces estaba emplazada colindante a la, actual, avenida 2 de Diciembre. Los turnos eran en extremo agotadores, todo el sistema se operaba de forma manual, los equipos eran completamente analógicos.

"En períodos de fenómenos meteorológicos, debíamos extremar las medidas de seguridad y protección. La tensión era altísima, pues una cosa era el terreno y otra aquí en la operación del sistema; había que hacer que todo fluyera con rapidez para restablecer el servicio a los clientes lo antes posible, sin descuidar la vida de los linieros", explica Arnulfo. Mientras retiene en su memoria los recuerdos de los retos pasados, su mirada viaja desde la pantalla de su monitor al teléfono, silencioso por unos minutos.

ETAPAS DE CONSTRUCCIÓN Y VALORES COMPARTIDOS

"La empresa comenzó a crecer exponencialmente; de la antigua Planta, pasamos a las oficinas cercanas a la conocida plaza Calé y luego inició la construcción de la Dirección Provincial en la salida para Camagüey. Esa fue otra batalla por vencer -expresa Arnulfo con cierta nostalgia y orgullo sano-, pues al terminar los turnos debíamos quedarnos ayudando en la construcción de los locales. Cada espacio que ves aquí lo levantamos nosotros, las generaciones que vendrán serán quienes honrarán el esfuerzo que costó".

Al unísono que relata los sacrificios vividos, sus manos de pronunciada osamenta se entrelazan y con respiración pausada me guía hacia los detalles constructivos que marcan el paso inevitable de los años.

FAMILIA, LA CENTRAL ENERGÉTICA QUE ALIMENTA LOS SUEÑOS

"Para nuestra faena, la solidez en el hogar es imprescindible, y es que luego del estrés de cada jornada, es importante tener un lugar que sea remanente de paz. En lo que a mí respecta, agradezco a todos los que me apoyaron; se puede decir que tengo familiares de sangre y de labor. Aquí estamos más de 12 horas por jornada, paso casi más tiempo que en mi casa, de ahí la importancia de tener buenas relaciones interpersonales, mantener el respeto y conservar la amistad.

"Hemos visto crecer a los hijos de nuestros compañeros y compañeras de trabajo, y viceversa. Hemos sabido crecernos ante las dificultades de la vida. Me considero afortunado de ejercer lo que me gusta y ver a mi hijo más pequeño seguir mis pasos".

Son muchas las huellas que, para el bien de las futuras generaciones de trabajadores eléctricos, ha dejado este joven de medio siglo. Arnulfo Álvarez Hernández continúa sus labores con la modestia y generosidad que le caracterizan. Su compromiso de hacer cada día una obra mejor permanece intacto, al igual que su ejemplo de integridad y responsabilidad ante el trabajo en la UEB Despacho.