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Las Tunas.- El fútbol es considerado el deporte rey en muchos rincones del mundo, pero, a pesar de su popularidad, a menudo fue relegado y minimizado para las féminas. Sin embargo, en los últimos años, diversas naciones luchan para promover su desarrollo y reconocimiento, y Cuba no es una excepción.

Las Tunas, en particular, destaca por su compromiso con el desarrollo de la modalidad y se va convirtiendo en uno de los principales focos en toda la Isla. Como muestra del avance en tal sentido, llega la segunda edición de la Liga Nacional de Fútbol Femenino de primera división, que inició el pasado 14 de diciembre y culminará a finales de febrero del próximo año.

El equipo tunero reúne en esta presentación a nuevas integrantes, con un ambiente renovado y escasas figuras consumadas. Su propósito es dejar en alto el estandarte de la región y así cambiar la imagen poco favorable de ediciones pasadas en el certamen competitivo.

“Estoy muy orgullosa y agradecida por representar a mi ciudad en el campo de fútbol. Jugar con mis compañeras y dar lo mejor de mí para obtener buenos resultados es un privilegio. Esperamos superar la temporada pasada, pues contamos con jugadoras nuevas y tres de experiencia, incluyéndome. Confío en ellas para esta batalla que recién comenzó y para demostrar que las mujeres también podemos lograr mucho en este deporte estereotipado para hombres”, declara Melissa Rodríguez Marrero, capitana del equipo de fútbol femenino del Balcón de Oriente.

Para estas muchachas, la clave es la unidad y el apoyo mutuo dentro y fuera del terreno, además de confiar en el cuerpo técnico y en sus capacidades individuales y colectivas. Así lo siente Lis Mariam Herrera Río, subcapitana y refuerzo de la provincia de Granma, quien cuenta su experiencia en cuanto a la cercanía y preocupación de sus compañeras tras sufrir una lesión.

“Salí al terreno con el enfoque de siempre, rondaban los días en los que jugaba en República Dominicana. El ambiente estaba cargado de emoción y expectativas, y me encontraba lista para dar lo mejor de mí por el país. En un intento por disputar el balón, sufrí una lesión en la rodilla. Un crujido resonó en el campo y caí al suelo, retorciéndome de dolor.

“El diagnóstico: rotura de ligamentos; sabía que era algo un poco grave y me enfrentaba a meses de rehabilitación y a la incertidumbre de si podría volver a jugar algún día. Mis compañeras estuvieron al tanto y, luego de un tiempo, me llamaron para conformar el equipo de Las Tunas y no dudé ni un segundo en responder, imagínense, mi vida se había ido y su llamada encandiló esa llama que aún ardía. Les dije que ya estaba recuperada y que era un honor vestir de color verde y representarlas”.

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SOSTENER SUEÑOS DE CAMPEONAS

La familia también compite, forma parte del día a día, de verlas alegrarse, llorar, frustrarse, de muchas veces tener poco tiempo para compartir juntos debido a los entrenamientos. Ellos siempre están ahí, porque las parejas, los hijos, las madres, los padres, tíos, amigos… el día del enfrentamiento son unos jugadores más fuera de la cancha.

“El año pasado, cuando mi niña decidió ir a una competencia por su escuela, pues además de jugar en esta categoría es estudiante de onceno grado en el instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas (Ipvce) Luis Urquiza Jorge, el profesor Raúl Medina Pérez, el Mellizo, le hizo la captación. Y ella conversó conmigo para que la dejara seguir su pasión, que es el fútbol.

“Desde entonces, trato de estar junto a mi hija y el resto de las muchachas en los encuentros, incluso, viajé con ellas a un tope en Sancti Spíritus y las seguiré acompañando en cada triunfo y derrota. Como madre, me he insertado en el equipo ayudando a los profesores a ganar en disciplina y comportamiento dentro y fuera del juego. Me han dado una gran acogida, soy una más”, comenta Ariannis Gómez Fernández, madre de la atleta Annaliet Alonso Gómez, número 17 en el equipo de primera división.

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FORMACIÓN EN CASA

El fútbol femenino, antes relegado y poco reconocido en la Isla, experimenta un auge en los últimos años, para promover la igualdad de género y facilitar nuevas oportunidades para las jóvenes deportistas. La falta de infraestructuras adecuadas, la escasez de entrenadores especializados y las dificultades económicas son algunos de los obstáculos que enfrentan. A pesar de ello, las jugadoras demuestran una gran determinación y perseverancia, encontrando maneras creativas de entrenar y superar las limitaciones.

Alain Delfín Labrada, comisionado provincial de fútbol, acota que “nuestra provincia fue iniciadora del fútbol femenino en Cuba. Logramos resultados relevantes como ser campeón nacional en la categoría escolar y subcampeón nacional en años anteriores; también estuvimos entre los seis primeros del país en juveniles y mayores.

“A pesar de que muchas niñas no quieren trasladarse a la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) desde sus municipios, no impide la captación y disposición de algunas a la hora de matricularse, por ejemplo, tenemos jugadoras de las localidades de Amancio, Colombia, Majibacoa, Manatí y Puerto Padre, incluso, refuerzos de otras provincias para esta segunda edición de la Liga”.

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MUJER Y DEPORTE, UNA VISIÓN DE GÉNERO

El deporte desempeña un papel crucial en la promoción de la igualdad de género y en el empoderamiento de las mujeres. Aunque los desafíos aún persisten, el futuro del fútbol femenino en Cuba es prometedor. Con mayor apoyo y reconocimiento, estas mujeres están listas para continuar escribiendo una historia de éxito en uno de los deportes más apasionantes del planeta.

“En estos momentos, el fútbol a nivel mundial, al igual que en nuestra nación, se practica en ambos sexos, brindando nuevas oportunidades para las mujeres cubanas en pos del desarrollo de sus habilidades físicas y técnicas. Asimismo, les otorga una plataforma para destacar y representar a su país en competencias internacionales. El deporte rompe estereotipos y barreras sociales”, ratifica Delfín Labrada.

La nueva generación de jugadoras cubanas es testigo de grandes avances y oportunidades que antes parecían inalcanzables. Muchas jóvenes han encontrado en el fútbol una vía para alejarse de la violencia de género y construir una identidad basada en el deporte y la superación personal.

Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, el auge del fútbol femenino en la Isla es un claro reflejo del espíritu de lucha y el talento de las cubanas que, a pesar de las adversidades, han encontrado en ello una forma de empoderamiento y realización personal.

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