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Litzán Fernández PupoLitzán Fernández Pupo.
Las Tunas.- Hasta hace poco más de un mes, en la Fábrica de Pienso, perteneciente a la Empresa Porcina de la provincia de Las Tunas, los obreros encargados del procesamiento de la yuca trabajaban sin parar y el resultado apenas se veía.

Contaban con un pequeño molino que no daba abasto. Los trabajadores estaban activos toda la jornada y muchas veces el tubérculo se descomponía y no resultaba útil. En otras ocasiones iban a puntos particulares, en los que erogaban la cifra de 30.00 pesos por moler cada quintal.

Afortunadamente, el colectivo siempre se empeña en buscar soluciones para producir más comida animal y con ello ayudar a la economía del país. Por eso, echaron mano a la innovación tecnológica y al talento de Litzán Fernández Pupo, responsable de Mantenimiento en la unidad.

“Me dieron la tarea de hacer algo para facilitar el proceso de molido de la yuca; o sea, alguna innovación, porque el equipo que teníamos era muy chiquito. Busqué entre los recursos que quedaron de la fábrica vieja y armé un molino que muele 10 toneladas en un día.

“Eso se hizo en poco tiempo y demoró más, pues tuve que llevar piezas a un torno, aunque yo lo ensamblé prácticamente solo. Usé cajas de bolas, rodamientos y ejes. No usé piezas nuevas y por suerte, no tiene roturas. De hecho, en dos semanas molió más de 800 quintales.

“Este es un colectivo pequeño y ya se ve el avance, pues nos ha favorecido la economía. Y esa es la idea, innovar para mejorar los procesos, haciendo cosas que humanicen el trabajo, no es lo mismo moler y moler todo el día, que echarle a este molino grande. La innovación sí resuelve”.

Las limitaciones económicas actuales, debido al recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y la covid-19, han creado dificultades en muchas actividades. Frente a ellas se impone el espíritu creador de los trabajadores y la voluntad de resolver los problemas con soluciones locales.