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Yunier Nápoles Beber 2
Las Tunas.- Con la vista en el horizonte, el joven Yunier Nápoles Beber recuerda cada consejo que le dio su papá y descubre de modo práctico aquellos secretos del arte de sembrar y ver nacer las posturas. Y claro que aprendió porque, con apenas 34 años de edad, hoy es un productor de avanzada en el municipio de Las Tunas.

"Él me enseñó a trabajar la tierra y yo, que crecí en ese mundo, ya llevo unos 10 años aquí. Comencé con seis hectáreas, vinculado a la unidad básica de producción cooperativa Francisco Peña Utria, y enseguida hice un contrato con la unidad empresarial de base Productora y Comercializadora de Semillas.

"Luego, quise extender la superficie de tierra en usufructo y desarrollar otros cultivos. Desde la Empresa Agropecuaria local me ayudaron a coger esta área para incrementar la producción de alimentos a la población, sin descuidar el acopio de simientes".

En el lugar, a orillas de la carretera que conduce a Manatí, había un proyecto para el desarrollo forestal y se cambió para otro sitio por las bondades de esos suelos, la garantía de agua y la voluntad de quien emprendió una batalla titánica contra el marabú.

"Recientemente tuve una buena cosecha de frijol, col y tomates, y ya la tierra está lista para reiniciar las siembras. Será maíz, para semillas y para el consumo de la población. En total tengo más de 21 hectáreas y todas están limpias y en producción, que es lo que se necesita.

"Esto fue una granja de cultivos varios hasta los años '90; pero se perdió con el marabú. Las dos empresas a las que me vinculo me apoyan con lo que pueden, equipos, fumigadoras… Incluso, me ayudaron a buldocear y ya estoy en condiciones de pedir más tierras para allá atrás". 

Yunito, como le llaman todos, aseguró sentirse útil y recibir buenos dividendos en las ventas que hace, ya sea a "Semillas" o a la "Agropecuaria". Para ejemplificar, durante el pasado año vendió entre tres y cuatro millones de pesos. Profundo conocedor del tema, cree que es posible bajar los precios.

"Se vende muy caro, es demasiado. Lo mejor es hacerlo sin intermediarios. Yo empecé vendiendo la col más cara y poco a poco la fui bajando. La última fue a 10.00 pesos la libra y como he visto buenos resultados, creo que si todos siembran se puede bajar.

"No tengo hijos varones, solo tres hembras y todavía no les he transmitido los consejos de mi padre. Comparto las labores de la finca con algunos obreros contratados y aquí sí aparece la fuerza de trabajo, por la cercanía al poblado de Veguitas y a la ciudad. Les pago entre 400.00 y 600.00 pesos cada día. Incluso, he llegado a mil por jornada. Pero, insisto, vale la pena".