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Las Tunas.- Mas de nueve mil hectáreas (ha) se dedican a la siembra de cultivos varios en la provincia de Las Tunas en la actual campaña de frío (septiembre-febrero), durante la cual los productores se enfrentan a una difícil situación por la carencia de semillas importadas y otros recursos necesarios para el desarrollo de las plantaciones.

Luis Oro Torres, jefe de Departamento en la Delegación Provincial del Ministerio de la Agricultura (Minag), refirió en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que el cultivo de la yuca destaca entre los más favorecidos con poco más de cuatro mil 900 ha y el plátano con unas dos mil 900 ha.

No obstante, agregó el directivo, a la vez se trabaja en la siembra de hortalizas, granos y frutales en los ocho municipios de la provincia, a partir del aprovechamiento de abonos orgánicos y el uso de medios biológicos contra plagas y enfermedades.

Utilizamos barreras de origen natural y el humus de lombriz, pues no contamos con fertilizantes químicos y potenciamos la siembra de variedades poco vulnerables, que se destinan no solo al consumo humano, sino también para la ganadería, puntualizó Oro Torres.

Septiembre y octubre constituyen los meses de mayores precipitaciones en el período, lluvias que son bien recibidas y aprovechadas por el Minag ante la inexistencia de un sólido sistema de riego que apenas cubre para unas cuatro mil ha.

Aunque de manera general durante este calendario crecimos en unas 400 ha respecto a la campaña precedente, solo el 21 por ciento de las más de 22 mil ha corresponden de manera neta a la actividad agrícola y el resto se complementa con la ganadería, situación que mucho tiene que ver con el empleo de la fuerza animal para las labores en el surco; refirió el especialista.

La contienda es la primera que tiene en cuenta la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, sin embargo más allá de la carencia de suministros y la poca disponibilidad de combustibles, otros de los factores preponderantes resultan la falta de personal en las labores del campo y el aumento de las tierras ociosas que ya superan las tres mil ha para los cultivos varios.