El soldador Eberto Núñez Velázquez considera imprescindible respetar las medidas establecidas.

Las Tunas.- “Conozco bien los riesgos de este trabajo aquí, pero me siento seguro, incluso cuando estoy en el interior de las cisternas reparando algún salidero”, lo afirma Eberto Núñez Velázquez, quien desde hace 41 años ejerce el oficio de soldador, de los cuales 25 tienen en la División Cupet-Las Tunas su principal escenario.

Y tras la sentencia argumenta: “Es cierto que uno siempre piensa en lo que pueda suceder si algo falla. Eso es normal, es de humano”, declara sin sonrojos. Son esos miedos naturales que tratan de arrebatarle la tranquilidad al hombre cuando sabe que los peligros son reales, pero “ese temor no me paraliza. Es un motivo para ser más respetuoso de las medidas de seguridad y salud que rigen esta labor”.

Aunque mucho tienen que ver su experiencia y disciplina, Núñez Velázquez le atribuye su confianza al dominio que posee sobre los requerimientos establecidos para mitigar las vulnerabilidades y los peligros que cotidianamente enfrenta, y agradece los desvelos y las acciones de preparación que realizan las direcciones administrativa y sindical de la entidad, en el afán de preservar la integridad física de sus trabajadores y el cuidado de los recursos materiales.

Marlenis Rondón Rondón, especialista en Seguridad y Salud del Trabajo, es guía en ese propósito, al que le añade como valor la experiencia acumulada desde el 25 de marzo de 1992 a la fecha en la atención a esta importante área, encargada de asegurar el desempeño colectivo en un ambiente saludable y exento de vulnerabilidades.

Afirma que tienen bien identificados los riesgos, y los detalla: “Los incendios y las explosiones son los fundamentales, aunque existen otros asociados a las actividades particulares como las caídas de alto nivel, golpes contra objetos inmóviles, atrapamiento y vuelco de máquinas o vehículos, hasta completar 26”.

Y a pesar de todo, “en su historia en nuestra entidad no han existido accidentes mortales en el trabajo”, enfatiza Marlenis, y explica que lo han logrado por las prácticas seguras mediante la capacitación sobre los procedimientos e instrucciones de acuerdo con la legislación vigente.

El orden y la disciplina reinan en los patios interiores de Cupet-Las Tunas.

Significa la importancia de exigir el uso correcto de los medios de protección individual, y el cuidado del entorno laboral y el medio ambiente circundante en general, como premisas de la disciplina colectiva a favor de eliminar vulnerabilidades que pongan en peligro la vida de los trabajadores y los recursos materiales que atesoran.

Remarca que incluso en estos tiempos de tantas carencias se aseguran los principales medios de protección individual y contra incendios, cuyo presupuesto hasta ahora se ha ejecutado en un 94 por ciento.

Aclara que en la situación actual persisten problemas para adquirirlos con la idoneidad deseada, pero se hacen todos los esfuerzos posibles para que a los trabajadores no les falten, aunque la calidad acorte los períodos de reposición, “porque en el mercado se encarecen y escasean, por ejemplo, las botas con casquillos de acero, antirresbalantes y resistentes al petróleo”.

Explica que en este mes aprovechan la celebración de la Jornada de Seguridad y Salud en el Trabajo, que desarrolla el país para evaluar los resultados en esta esfera y sistematizar los conocimientos sobre el tema, con actividades que incluyen el Concurso Mi Entorno Seguro y Saludable, que convoca a todos los trabajadores del centro a reseñar sus prácticas y sus experiencias.

También han programado contactos con clientes en los puntos de venta de gas licuado dispersos en las ciudades de la provincia para socializar las medidas previstas en estos sitios proclives a los accidentes.