En los campos, las máquinas y la fuerza laboral se funden para proveer al ingenio de la materia prima que demanda.

Las Tunas.- Los centrales Antonio Guiteras y Majibacoa tienen un alto compromiso con los resultados de la actual zafra azucarera en Las Tunas y el país. Los dos asumen la cifra más elevada de producción del crudo asignada a una provincia, que asciende a más de 61 mil 500 toneladas, para atender, fundamentalmente, la demanda de la canasta familiar normada, la del consumo social, las empresas mixtas y otros universos de la economía.

Esa gran responsabilidad es resorte que motiva a los trabajadores del sector involucrados en la contienda. Con tal espíritu se labora en varios de los 30 frentes de corte previstos en los dominios de la empresa agroindustrial azucarera Antonio Guiteras, donde se batalla fuerte frente a innumerables desafíos para coronar el éxito.

                                                                                   EMPEÑO Y MÁQUINAS

En el Frente 1, ubicado en la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) Velasco 20, del municipio de Puerto Padre, ahora mismo laboran para resarcir dificultades, borrar el sabor amargo de la anterior campaña y cosechar las tres mil 500 toneladas de gramínea planificadas.

“El año pasado se nos quedó mucha caña por cortar, debido a tropiezos con los combustibles, una parada larga del central y el incendio en uno de los campos que no pudimos cosechar. Todos esos contratiempos nos ocasionaron pérdidas”, rememora Yurixander González López, jefe del lote número 12, donde realizaban el corte el día de nuestra visita.

De esos golpes sacaron lecciones y mantienen el optimismo, dice González López, y reconoce que “hasta ahora el comportamiento de las máquinas es bueno, se está basculando perfectamente. Tenemos una carreta y vamos recogiendo toda la caña que se cae para sacarle el máximo al área”.

Sergio Parra Rodríguez, jefe del Frente 1 de corte, siente optimismo por el desempeño inicial de la zafra.La misión está clara: “Nuestro objetivo es asegurar la materia prima al ingenio con alto rendimiento, teniendo en cuenta las características de las combinadas en nuestro poder; son de nueva tecnología, aunque ya llevan varios años en explotación”, afirma Sergio Parra Rodríguez, jefe del Frente 1.

Y con esa expresión define la decisión del colectivo, que desde el período de reparaciones da fe de su laboriosidad y entrega. “En el estado actual de la maquinaria tiene mucho que ver la contribución de los propios operadores y los mecánicos, quienes han hecho posible que las tres combinadas CASE de esteras y los cuatro tractores movedores que utilizamos aquí estén activos y rindiendo al máximo”, exalta Parra Rodríguez.

                                         EXPERIENCIA Y JUVENTUD

“Soy operador de combinadas desde 1984”, comenta Pablo Daniel Mora Remedio, y cuenta que solo en la anterior contienda no logró la condición de millonario por problemas en los sensores de la máquina, y ahora que recibió uno nuevo espera reeditar la hazaña.

Argumenta que desde ese año está haciendo zafra arriba de las cosechadoras, “las KTP primero y luego esta confortable CASE”, exclama satisfecho y muestra la pulcritud de la ropa que viste después de varias horas de faena: “Es lo máximo, hasta con aire acondicionado y aislado de la ‘pica pica’ que causa tantas molestias”.

Con la experiencia y la sabiduría acumuladas, sostiene que los actuales rendimientos cañeros y el estado de muchos campos con malezas incluidas atentan contra el aprovechamiento óptimo de las potencialidades de esta tecnología, además de aumentar los índices de consumo por tonelada de caña cortada.

Desde la confortable cabina de la cosechadora CASE, Yosbani Sánchez Velázquez pone todas las energías de su juventud para cumplir la tarea.

En otra CASE similar anda Yosbani Sánchez Velázquez, un joven de 26 años de edad que inició en esta actividad a los 18 y siente la dicha de compartir en turnos alternos con su papá e instructor, Deiby, el manejo de la misma cosechadora y la condición de operador millonario. Ese lauro lo obtuvo en la emulación que auspicia el sindicato azucarero, un premio que se alcanza aprovechando sin reservas la jornada de trabajo, enfatiza.

A pesar de su juventud, tiene historial en lides contra las carencias: “Empecé como mecánico”, asegura, y recuerda que él y su padre le devolvieron la vida útil con trabajo, innovación y racionalización a una cortadora denominada 7000; y “a esta, que es más nueva, también le pasamos ‘la mano’ cuando lo necesita, para poner al día los sinfines que dan sus problemas”.

                                                                                      EN LA HORQUETA

En los caminos de las cañas que transitan desde la UBPC Velasco 20 hasta el tándem del central Antonio Guiteras, muchos medios encuentran en La Horqueta el lugar ideal para mejorar la calidad de la materia prima. Allí se yergue con cierta majestuosidad el centro de recepción y limpieza de igual nombre.

El centro de recepción y limpieza La Horqueta es un aliado de la eficiencia industrial.

En esa instalación, Geobany García Martínez, el administrador, y el resto de sus 29 compañeros tienen bien definidos sus propósitos, “nosotros comenzamos trabajando dos turnos, pero ya habilitamos el tercero y completamos las 24 horas. Casi todo el tiro de esta zona pasa por aquí”, confirma y destaca la manera en la que las máquinas KTP, de las que son apoyo, se han ido incorporando a los cortes.

Abunda que actualmente procesan 30 o 35 carros por turno, según las disponibilidades y las demandas del central. En estos días ambos aspectos se están acercando bastante a la tarea de procesamiento del centro consistente en unas mil 360 toneladas.

La instalación funciona desde el año 1993 y con la misma tecnología, pero “se encuentra en buen estado. Aprovechamos bien las reparaciones para mantener la eficiencia y eliminar la mayor parte de las materias extrañas que en estos tiempos abundan en los bultos que recibimos”, subraya García Martínez.

En sus predios conversamos con el chofer Orlay Jomarrón, quien rendía uno de los tres o cuatro viajes que realiza en su turno de labor, y entre otros temas refirió la necesidad de un tractor movedor de los remolques para liberar de tan difícil maniobra a los camiones, “porque les afecta sobremanera los discos de cloche, una de las piezas más deficitarias de esos modernos medios”.

Desde el campo y hasta la industria, el destino final de las cañas, hay hombres y mujeres escribiendo una épica hazaña por el bien de la economía y la salvación del sector cañero-azucarero de la nación.