Las Tunas.- Volvemos sobre el tema. Los arroyos de esta ciudad se pierden en la basura. Tal pareciera que estamos decididos a borrarlos por completo del mapa, si tenemos en cuenta la velocidad con la que crecen los vertederos en sus orillas y cuán agresivos son los residuos.
Una lata de refresco demora una década en degradarse, una simple bolsa de plástico entre 150 y 300 años, y el vidrio más común, nada más y nada menos que cuatro mil años -¡40 siglos! Mientras se vuelven “nada” van contaminando el suelo, las aguas… Y así, cual karma, regresa al ser humano el daño que causó.