Las Tunas.- Pasar por el parqueo del Hospital General Docente Doctor Ernesto Guevara de la Serna y encontrar carros de la Agencia de Taxis Las Tunas es algo que no sorprende, ellos están todos los días, con pacientes del servicio de Hemodiálisis de esta institución de Salud en Las Tunas.
En nuestro recorrido por esa zona, 26 conversó con Iosbany Rivero Ochoa, chofer del carro TR 089, quien estaba en espera de su paciente y cuenta su rutina hace ya 20 años dentro de la agencia.
"Empecé como mecánico, luego pasé a ser comprador, y ahora, me desempeño como taxista. Lo que más he hecho es transportar personas, siempre del servicio regular, es decir pacientes con insuficiencias renales".
Durante la pandemia de la covid-19 el trabajo se complejizó, no solo eran los encargados de mover a los dolientes, sino también al personal médico y asistencial.
"Fue una tarea de choque, no había días de descanso ni hora para recibir una llamada de que teníamos que salir. Trabajamos en los centros de aislamiento, pero también continuamos con nuestra tarea principal, mover a los hemodializados.
"En ese tiempo con ellos tomamos todas las medidas higiénicas que estuvieran a nuestro alcance, pensábamos más por sus vidas que en los riesgos que podía representar para nosotros mismos, y es que son personas vulnerables a las que teníamos que cuidar.
"Su salud es delicada, usábamos mascarillas, guantes, desinfectábamos el carro cada vez que hacíamos un recorrido, fue agotador ese período".
Aunque estas personas toman todas las medidas para su cuidado, los choferes evitan el contacto físico: "Quienes no pueden valerse por sí mismos tienen el apoyo del acompañante. Lo que tratamos de evitar es que tengan alguna complicación con su salud".
Iosbany siente que en todo este proceso hay un vínculo que es fundamental, y es el de ellos con el paciente y las familias, todo en ese momento tiene que funcionar. Refiere que evitan las discrepancias porque lo más importante es su bienestar.
"Estar al pendiente del tratamiento, cómo están, todo eso es parte ya de nuestro trabajo, esos pacientes pasan a ser parte de nuestra familia.
"Todos los días voy a la sala. El personal me conoce; los pacientes me conocen. Me preocupo si llega la hora de la salida y mi paciente aún no ha terminado surge la interrogante de si tuvo alguna complicación".