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Las Tunas.- El teléfono del hogar sonó a media tarde. La licenciada en Enfermería, Natacha Labrada, atendió la llamada; pedían la disposición de su esposo Eduardo Brito, para viajar a Italia a enfrentar la pandemia del nuevo coronavirus en ese país, convertido en epicentro del brote en Europa.

enfermero1El también licenciado en Enfermería se encontraba en el servicio de Hemodiálisis del Hospital General Docente Doctor Ernesto Guevara de la Serna cumpliendo uno de sus turnos de trabajo, al lado de los pacientes con insuficiencia renal crónica. Pero, Natacha, sin consultarlo, sabía que la respuesta sería afirmativa y no se equivocó.

Ya su compañero había combatido el ébola en Sierra Leona, nación de África Occidental, una misión que concluyó de manera exitosa, a pesar de los riesgos de esa enfermedad, que reportó altos índices de letalidad.

Luego de cumplir una semana de preparación en La Habana, con el fin de adiestrarse en el correcto uso de los medios para autoprotegerse, Eduardo llegó a la región italiana de Lombardía, la más afectada por el SARS-CoV-2, al reportarse allí miles de fallecidos.

Con el integrante del contingente internacional Henry Reeve, contactamos vía Facebook. “Llevamos aquí más de dos semanas y realizamos nuestra tarea en el hospital de campaña que instalamos en la misma zona roja de la ciudad de Crema, entre majestuosas catedrales y otras edificaciones. Atendemos a pacientes positivos a la Covid-19, todos sintomáticos. Cuando alguno de ellos pasa a estado grave lo trasladamos al Hospital Municipal que se encuentra bastante cerca”.

Eduardo, quien también es especialista en Cuidados Intensivos, nos comunicó que la Brigada Médica cubana labora diariamente en turnos de seis, ocho o 12 horas, y para garantizar su seguridad durante las guardias no toman agua ni van al baño, situación a la cual todos se adaptaron sin dificultades.

El único representante tunero que protagoniza la batalla contra la pandemia en Lombardía, ha sentido en todo momento apoyo y agradecimiento. “Cuando abordamos la aeronave la tripulación italiana nos recibió con mucha alegría y al arribar al Aeropuerto de Milán, los presentes se pusieron de pie y nos aplaudieron sin descanso, un gran estímulo para seguir adelante”.

Mientras, en su casa de la calle Lora, en la ciudad de Las Tunas, sus hijos Rosabel, de 15 años, y Eduardito, de 16, confían en los conocimientos y la preparación de su papá; y aunque confiesan que en ocasiones han sentido miedo, saben que regresará sano y con el deber cumplido.

Hoy, para los médicos y enfermeros cubanos en Crema, la comprensión de la familia resulta vital. A ellos, cuando empezaron a despedir a los primeros pacientes totalmente recuperados, les llegó un regalo convertido en motivo de inspiración, que decidieron colocar sobre la lona de su hospital de campaña.

Se trata de un dibujo enviado por Lorenzo, un niño italiano de 7 años de edad, quien les transmitió un claro mensaje: ¡Grazie di tutto dottori! (¡gracias por todo, doctores!).