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Las Tunas.- Hazaña Laboral, Orden Lázaro Peña en los tres grados, Proeza Laboral, Medalla Florentino Alejo (por más de 25 años en el sector), sellos, distintivos… Esos y otros reconocimientos nutren la trayectoria laboral del tunero Odel Peña Vázquez.

Son el premio merecido y oportuno, ganado con el sudor de la frente a sus distinguidos servicios que tienen como máxima expresión el Título Honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, recibido el pasado 30 de abril.

“Ese día nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez lo entregó a 13 compañeros y entre ellos estaba yo”, lo dice sin jactancia, pero es fácil advertir el alto gozo que experimenta.

LosTrazos2.jpgEl título lo lleva como un estrella colgada en el lado izquierdo de su cuerpo, y sus esencias bajo estricta custodia del corazón.

- ¿Cómo recuerda ese momento?
“Es algo realmente inolvidable, que proporciona mucha motivación. Desde que estoy trabajando, en toda mi vida, es la situación más emotiva que he tenido y me siento muy orgulloso del estímulo y de haberlo recibido de manos del Presidente que da continuidad a la obra de la Revolución”.

Entre tantos sueños nunca imaginó ese premio, porque “he hecho las cosas así, bien. Siempre me ha gustado trabajar. Esa actitud me la inculcaron desde la cuna mis padres Ulises y Olga”, enfatiza y ellos con sus 88 y 83 años de edad, respectivamente, disfrutan los éxitos de su vástago, el mayor de los dos hermanos.

Una opinión autorizada
“Todavía no habla de su jubilación, ni estamos apurados porque lo haga, pero el tiempo pasa y a pie de obra va preparando, capacitando a compañeros más jóvenes que serán ideales para el relevo, porque con sus enseñanzas vamos a lograr muy buenos trabajadores, tanto en el ámbito del conocimiento como en lo moral”, asegura Orestes Alfredo Zamora Pérez, director de la unidad empresarial de base (UEB) donde Odel escribe estas páginas de voluntad y entrega.

Retrospectiva
Cuando Odel puso por primera vez su cuerpo en áreas de la actual empresa de estructuras metálicas Comandante Francisco (Paco) Cabrera (Metunas), de Las Tunas, tenía 23 años y al poco tiempo ya le había entregado también el alma.

Fue el 6 de junio de 1983 y no pudo separarse más. “Estudié hasta el décimo grado, pasé el Servicio Militar Activo y decidí comenzar a trabajar”, afirma y recuerda que “un amigo me habló de cursos de capacitación que impartirían en esta industria, indagué y matriculé en la especialidad de Trazador-Pailero”.

Así, de la mano de esa profesión, entró al fascinante mundo de la metalurgia en la entidad que nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro calificó como "fábrica de fábricas" y desde entonces es un emblema en el universo empresarial de Las Tunas y Cuba.

- ¿Qué hace un trazador-pailero?
“Es el encargado de llevar al metal los trazos de un proyecto diseñado sobre papel y ensamblar todos los elementos con puntos de soldadura, para que luego el soldador les dé a las estructuras la firmeza, según los requerimientos técnicos para hacer el montaje.

“En el Departamento de Diseño se realizan los planos de las edificaciones u objetos demandados a la empresa, pasan al taller de corte, donde laboro; luego van a ensamble, pintura y al área de venta, que acopia los productos terminados para su comercialización”.

Esas complejas faenas, requeridas de cuidados extremos para no errar, le han proporcionado muchísimas satisfacciones, lo reconoce y los ojos le brillan de alegría cuando habla de Expocuba, de la Tribuna Antimperialista y de los machetes que expresan la intransigencia del general Antonio Maceo, en la Plaza de la Revolución homónima de Santiago de Cuba. “No estuve en el montaje, pero sí en la fabricación de los elementos que conforman esas obras”, dice.

También le proporcionan similar regocijo: los aportes a la Zona Especial de Desarrollo Mariel, las exportaciones de estructuras que llevan su impronta y la rehabilitación del hangar principal del aeropuerto José Martí, en La Habana. Allí permaneció casi seis meses tras el paso del huracán Ike (octubre-2008) y el año de duras faenas en la terminal aérea de Santiago de Cuba rehabilitando pisos a los tanques de combustible.

Considera un honor y alta responsabilidad trabajar allí, una empresa en la que ondea la bandera entregada por la CTC, que acredita su Condición de Vanguardia Nacional del Sindicato de Industrias.