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paciente iliana

Las Tunas.- La mayor pesadilla de su vida ya terminó. Sin embargo, aún extraña el sueño profundo, la tranquilidad absoluta, la sonrisa plena. Aunque ha sido muy valiente todavía siente miedo, preocupación, ansiedad.

En su hogar del barrio de Guayacán, perteneciente al municipio de Jesús Menéndez, la tunera Iliana Pérez Pérez rememora vía Facebook su experiencia luego del diagnóstico positivo a la Covid-19.

Desde el 6 de abril recibió el alta médica; no obstante, permanece aislada en su vivienda, junto a su esposo, el italiano Giancarlo Fusetti. Allí reciben el seguimiento oportuno de los especialistas, así como la administración de medicamentos como el antiviral Interferón Alfa 2B Recombinante (IFNrec), un producto líder de la biotecnología cubana.

“Pasé una noche completa cuidando la fiebre de mi esposo, que había llegado de la provincia italiana de Milano, y al día siguiente fue trasladado a Holguín como sospechoso del nuevo coronavirus, para convertirse más tarde en caso confirmado. A mí me aislaron en el motel Los Caciques de Las Tunas, donde tomaron las muestras de mis secreciones nasofaríngeas”.

Iliana resultó positiva a la Covid-19, al ser contacto directo de su compañero. La llevaron también al Hospital Militar Fermín Valdés Domínguez de la Ciudad de los Parques, donde atienden a pacientes con la enfermedad de las cinco provincias orientales.

Allí fue víctima de la desesperación. Sabía que su salud podía quebrarse en cualquier momento, pero se mantuvo asintomática y nunca le faltó el apoyo del personal médico.

“Tanto en Las Tunas como en Holguín me trataron con mucho cariño. Recuerdo que una enfermera me cantaba desde el pasillo y los doctores me felicitaban porque fui muy disciplinada y cumplía sus orientaciones. Por ello, cada noche, les dedicamos un caluroso aplauso desde la sala de mi hogar”.

Su esposo sí permaneció varios días en la sala de Cuidados Intensivos en estado grave, pero logró recuperarse. “Él agradece a todo el personal sanitario por la entrega, por salvar su vida y siente una alegría enorme, porque gracias a la solidaridad de nuestro país, dos brigadas médicas cubanas llegaron a Italia para combatir la pandemia, un gesto de infinito amor”.

Iliana sigue adelante. Su familia fue aislada, como lo establecen los protocolos del Ministerio de Salud Pública y, por suerte, los exámenes dieron negativos. Ella dice que el miedo no la vencerá, por eso optó por la lectura, realiza ejercicios físicos, disfruta la programación televisiva y cuida sus plantas ornamentales.

A todos nos recomienda adoptar las medidas imprescindibles, mantener la disciplina, usar correctamente el nasobuco y ser responsables quedándonos en casa el mayor tiempo posible, porque ninguna persona está exenta del contagio. Su consejo resulta vital, no lo dude.