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relay

Las Tunas.- Allá por el año 2014, cuando Yoandys Lescay recién había cumplido los 20 años, ya mostraba maneras sobre la pista. Tenía todo para establecerse como uno de los buenos corredores de 400 metros en la Isla.

Los preparadores cercanos a su entorno le veían potencialidades para llegar a ser el mejor hombre de Cuba en la distancia, y desde luego, apostaban a que su capacidad le llevaría a escalar posiciones dentro de un panorama internacional de mucha exigencia.

Hoy, seis años después, las afirmaciones cobran trascendencia: el tunero pasó a ser el mejor de Cuba en la vuelta al óvalo y su desempeño individual le llevó a comandar una posta de 4x400m que cumplió con las expectativas que pesaban sobre ella en casi todas sus presentaciones.

Sin embargo, la salud ha jugado en su contra, postergando su consagración. Aquejado de enfermedades y lesiones que lo han tenido fuera de combate desde finales de 2018, Lescay hoy lucha por recuperar la forma física que le llevó a coquetear con registros por debajo de los 45 segundos.

La carrera de Lescay vive un momento decisivo. A sus 26 años tiene por delante la oportunidad de reinventarse y poder tener otra experiencia bajo los cinco aros, en un tiempo también decisivo para la humanidad, que se defiende sin antídoto del ataque -muchas veces silencioso- del nuevo coronavirus.

“Las lesiones, y más que eso, las enfermedades que he enfrentado me han jugado una mala pasada” -no duda en responder-. El zika que tuve a finales del 2018 me dejó fuera de combate, estuve ocho meses sin hacer prácticamente nada de deporte. Traté de preparar los panamericanos en unos tres meses, pero estaba empezando como aquel que dice desde cero y no pude hacer todo lo que hubiera querido en Lima”, recuerda.

“Estoy tranquilo porque di lo mejor de mí, pero sé que puedo ser más que ese Lescay que seguramente ahora es el que más se recuerda. Y fíjate que en el 2019 arranqué con todo, me estaba yendo bastante bien, pero me lesiono, y ahora justo cuando ya estaba listo para empezar pues aparece esto (la Covid-19)”, se lamenta.

Lescay tiene dos batallas: la que le viene de casta, como todo atleta de alto rendimiento que lleva el sueño olímpico por bandera, y la que le atañe como ciudadano del mundo: vencer al coronavirus.

Pese a que su mente y su cuerpo persiguen la meta de clasificarse a los Juegos Olímpicos, Lescay asume el reto inmediato de la humanidad: superar esta pesadilla llamada coronavirus que mantiene en vilo al planeta entre contagios, incertidumbre y dolor por la pérdida ininterrumpida de vidas humanas.

“Lo del coronavirus es una situación muy compleja que ha costado miles de vidas humanas y aún no sabemos hasta dónde va a llegar, así que pienso que ahora es este el tema de prioridad para todos los que habitamos este mundo”.

Lescay ha sido un atleta de resultados individuales positivos, aunque un tanto esporádicos. Su mayor huella, indeleble, por cierto, ha estado enfocada a pruebas de relevos, donde ha sido líder indiscutible de las postas cubanas autoras de las mayores alegrías desde este frente colectivo del atletismo en los últimos tiempos.

¿Cómo asumes, desde lo individual, el reto de trabajar para un resultado colectivo?

“Si supieras que, de pequeño, cuando veía la televisión con mi papá, le decía que yo quería ser el cerrador de un relevo cubano y ya ves, es un sueño cumplido. Siento que le pongo más empeño al trabajo en equipo que a las metas personales como tal. Sin embargo, una cosa va de la mano de la otra, porque para tener éxito en el equipo hay que hacer un trabajo sólido individualmente.

“Se entrena fuerte, y personalmente busco la manera de trabajar duro para aportar lo mayor posible al colectivo. Requiere un esfuerzo extra porque debemos llevar elementos colectivos al entrenamiento individual, y viceversa”.

En Cuba sigue siendo el número uno de su prueba. Los 400 metros no son pródigos ahora mismo. La posta que comandaba Lescay se ha diluido y los jóvenes parecen ser aún muy jóvenes. Ante esta situación, se estudia la posibilidad de aprovechar nuestras mejores cartas en la configuración de un relevo mixto, la nueva modalidad incorporada en Doha 2019 al programa de los grandes eventos del atletismo.

“Creo que ahora mismo es el evento con mayores posibilidades de estar en una final para Cuba y estando en esa fase, nunca se sabe lo que pueda suceder. Hay tres mujeres de muchas potencialidades, y resta definir otros dos hombres para conformar el equipo, donde corren cuatro, pero se incluye dos suplentes.

“Pienso que los muchachos están ahí, lo que aún no han proyectado sus potencialidades. En estas pruebas de equipo, la explosividad y la competitividad es fundamental. El éxito es fruto del trabajo en equipo.

“En mi caso personal asumo el reto como siempre. Con ese liderazgo que ha caracterizado mi carrera en estas pruebas, que es parte de mi forma de ser también. Es mi guapería deportiva, cuando se trata de agarrar el batón solo puedo mirar hacia adelante y darlo todo en la carrera. Lo mismo intento transmitir a mis compañeros”.

A Lescay también le falta clasificarse a Tokio. El cambio de fecha le favorece porque de haberse mantenido en este año, quizás no le habrían alcanzado los días para encontrar un pico de rendimiento adecuado para permitirse el cupo directo a la magna cita. Para la prueba de 400 metros los organizadores piden 44.90 segundos y su marca personal es de 45 flat, conseguida en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

“El aplazamiento de los Juegos Olímpicos era algo que se esperaba debido a la situación de la epidemia. Hay atletas a los que les viene bien este cambio, hay otros que no. Tengo que ser sincero, a mí me favorece el cambio porque me deja un margen mayor de tiempo para enfocarme en conseguir la marca olímpica tras la lesión que recientemente he superado. Me quita presión, y aumenta mis probabilidades de estar en Tokio, ahora en el año 2021. Pero en mi mente no ha cambiado nada. Tengo una meta, y mi vista está puesta en eso, en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, porque según he oído el nombre no va a cambiar”.

Sus metas tampoco.

“Mi objetivo inmediato es clasificar a los Juegos Olímpicos. Tengo propósitos individuales de poder bajar de los 45 segundos, y ser finalista mundial y/o olímpico. Pero por encima de todo es rendir una buena actuación. Yo le tengo fe al relevo mixto que estamos conformando, pero no digo más”.

En tanto, le pide a su gente que se cuide, porque solo así habrá tiempo disponible para seguir luchando por los sueños.

“A la Covid-19 hay que enfrentarla con disciplina. La única vacuna es quedarse en casa, mantener las distancias así que es lo que tenemos que hacer. Nos toca cuidarnos y cuidar a los que nos rodean, a nuestra familia, a los médicos, a la gente que queremos”.