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La Habana.- Las plataformas digitales constituyen el escenario inicial para cazar o pescar a las víctimas. Personas interesadas en realizar operaciones informales de compra-venta de moneda libremente convertible y que subestiman el peligro de la ilegalidad y de los delincuentes, se convierten -en el espacio físico- en los potenciales blancos de robos con violencia y estafas, mientras se involucran en transacciones ilícitas, delitos tipificados como tráfico de divisas y otras conductas que propician la especulación financiera.

Los victimarios ofrecen como carnada presuntos buenos precios para la venta de divisas, en Facebook y otras plataformas; dan números de teléfonos de personas que al responder a la llamada se presentan amables, supuestamente correctas, de léxico impecable y gustosamente acuerdan la dirección, el día y la hora exacta a la que deben acudir para realizar el "cambio". Algunas veces, incluso, utilizan la propia vivienda de la víctima como sede del atraco.

Son el enlace entre el engaño virtual y el golpe real. Con mucha sangre fría, son los encargados de acomodar las cosas y hacer creer a la víctima que está ante un gran negocio, que no puede desaprovechar. Nunca se identifican por su nombre real ni dan seña alguna para la localización futura. Son personas muy activas en las redes sociales digitales que contactan al día con muchos interesados en las citadas transacciones informales e ilegales, lo que les permite disponer al mismo tiempo de numerosos candidatos, ante la carencia de ofertas lícitas debido a la política de asfixia económica, comercial y financiera del bloqueo y las más de 240 medidas del Gobierno de los Estados Unidos para causar malestar al pueblo cubano.

La escena del crimen suele ser un lugar apartado, de escasa circulación de personas y vehículos; en horarios muy bien estudiados; fuera de los municipios donde residen las víctimas; previamente seleccionado por los delincuentes. Casos enfrentados y esclarecidos confirman la utilización de pasillos, edificios multifamiliares, viviendas (de mutuo acuerdo con moradores cómplices o ingenuos) o el hogar de la víctima.

Los portadores de grandes sumas de moneda nacional para comprar los supuestos dólares, que les prometieron en las redes o en llamadas telefónicas de concertación, son asaltados e interceptados por individuos que con el empleo de la fuerza física y en algunos casos de armas blancas o de fuego, los amenazan con alto nivel de violencia, incluso los agreden físicamente, y le sustraen todo el dinero que portaban para efectuar el falso "cambio".

Los procesos realizados por los órganos del sistema de investigación criminal del Ministerio del Interior (las direcciones Técnica de Investigaciones, de Investigación Criminal y la Policía Nacional Revolucionaria) han podido establecer y neutralizar cadenas delictivas dedicadas a estos hechos, que han incluido al individuo que hace la propuesta en Internet usando siempre un perfil falso y con fácil comunicación (el cazador de víctimas); la persona que bien vestida, con buenos modales, en tono "amigable" da la cara y te conduce al lugar del golpe (el conductor al lugar del crimen), y el grupo de atacantes, cuya cifra varía en dependencia de la cadena delictiva.

Estas últimas son personas que por lo general habían cometido otros delitos, de pésima conducta social y suelen ser muy violentos para sustraer el dinero, que después se lo reparten entre ellos, de acuerdo con el nivel de participación en los preparativos y en el momento del golpe.

La acción coordinada y decidida de los órganos del Ministerio del Interior permitió detener el pasado año en la capital a más de 120 personas involucradas en este tipo de hechos, al tiempo que neutralizó 17 casos durante el proceso de planeación, que permitió alertar a potenciales víctimas y detener a quienes tramaban el crimen. Se han desarticulado 12 cadenas delictivas compuestas entre cuatro y 12 integrantes.

Aunque no ha tenido que lamentarse la pérdida de vidas humanas como consecuencia de estos hechos, sí se han registrado personas heridas de gravedad por la violencia extrema empleada por esos delincuentes.

Durante el 2022, en el enfrentamiento a estos delitos fueron detenidos 126 encartados y, como parte de las medidas jurídico penales, a 67 imputados les fue solicitada y aprobada la prisión provisional. Las personas que resulten acusadas por hechos de esta naturaleza podrán ser sancionadas a penas severas de privación de libertad, de acuerdo con nuestro Código Penal vigente.

La respuesta operativa y de enfrentamiento a estos casos ha requerido del ingenio personal de los oficiales y colaboradores de diversos órganos del Minint, en estrecha vinculación con el pueblo, así como el decisivo empleo de las nuevas tecnologías para poder descubrir, prevenir o enfrentar a los malhechores, que con sus peligrosas acciones delictivas atentan contra la seguridad ciudadana y el orden interior, conquistas sagradas de la Revolución a las que no renunciaremos jamás y para preservarlas combaten día y noche las fuerzas del sistema ministerial, que no permitirán la impunidad.

Una vez más se requiere no solo la vigilancia y la participación decidida del pueblo en el enfrentamiento y la denuncia oportuna de estos hechos, sino elevar la percepción de riesgo ante ofertas ilícitas de estafadores y maleantes que se aprovechan de necesidades objetivas de las personas y de las facilidades que ofrecen las redes sociales digitales para ejecutar acciones criminales incompatibles con los valores y principios de nuestra sociedad.

(Tomado del Minint)