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Miguel Panizo Rosado yeisnel

Majibacoa, Las Tunas.- Cuando me propusieron llevarme a la casa de Miguel Panizo Rosado en El Rincón, municipio de Majibacoa, solo me hablaron de un patio sembrado y, honestamente, mi motivación no estaba tan alta, pues por acá en cualquier palmo de tierra te puedes encontrar tres o cuatro matas de burro, frijoles, boniato… y muchos cultivos más.

Boniato y plátano machoPero fuimos hasta el sitio anunciado y después del saludo, Panizo me dijo: "Yo aquí tengo de todo sembrado, incluso, arroz y papa". En ese instante, mi olfato periodístico se disparó y hasta ansioso me puse, tal y como estaba minutos antes de nuestra llegada el protagonista de esta historia.

Ya dentro del patio y caminando con mucha delicadeza, para no estropear alguna planta, pues apenas hay espacio para andar, comenzó una amena charla que fue develando a un hombre dispuesto y con luz larga. En breve conocí que esta pasión por la tierra no surgió con la jubilación laboral.

"Siempre estuve vinculado con la agricultura, era parte de mi trabajo, pero al retirarme del Ministerio del Interior pensé en mantenerme haciendo algo que me gustara y surgió la idea de sembrar en mi patio", comenta Miguel.

"Ahora trazo nuevos planes: primero quiero colocar una turbina en el pozo para no regar a mano porque me resulta más difícil, ya planté arroz y pienso que al menos 60 libras pueda cosechar; al frijol le calculé poco más de un quintal, más el experimento que tengo con la papa".Cultivo del arroz en el patio de Panizo

A veces a la esquiva para evitar la cortadura de la hoja de caña o sosteniendo una espiga de millo que se nos venía encima, así siguió el diálogo.

"El boniato ya casi lo puedo sacar, el plátano macho y el burro en unos meses estarán en producción y por si la azúcar sigue escasa, las carreras de caña que tengo aquí me darán el guarapo suficiente para endulzar unas cuantas coladas". Lo dice en serio, pero sonríe, en parte por la cubanísima frase que alude a la elaboración de un buen café y también por la otra que soltó a continuación.

"Mi aspiración en un futuro no muy lejano es nada más comprar sal, el resto lo produciré yo".

¿Y el plato fuerte?, lo provoco.

"Esas jaulas que ves allí son para criar pollos y aquel corral que está allá es para cerdos, al menos uno, porque no hay mucha comida para la crianza de puercos".

El majibacoense Miguel Panizo Rosado le pone rostro cercano y posible a eso que llamamos soberanía alimentaria. Él ya tiene su proyecto bastante avanzado, otros lo han pensado, pero no se deciden y al final las circunstancias se encargarán de llevarnos a todos hacia el surco. Y no va a ser entonces una opción; será una necesidad.