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FB IMG 1678267524286Las Tunas.- Con sus Grandes Ligas anulados o en bajo perfil, y dos extras en inesperados roles protagónicos, el equipo Cuba hizo crecer esta madrugada la leyenda de los Países Bajos, esa pequeña nación europea que solía llamarse Holanda y que básicamente es conocida por haber inventado el fútbol poesía, tener a la gente de mayor estatura del mundo y ganarnos siempre en el béisbol.

El primer encuentro del V Clásico Mundial produjo un escalofriante efecto deja vu entre los cientos de miles de cubanos que desafiaron el sueño frente a sus televisores. Por cuarta ocasión en cinco partidos los tulipanes salen airosos en el escenario más importante del béisbol internacional.

No fue un revés por la vía de la vergüenza, como la de aquel nocao de 14x1 con el que nos echaron de la edición anterior. Fue, sin embargo, otra de esas veces en la que la desesperanza crece a medida que transcurren las entradas sin que los bates cubanos hagan honor a la sideral diferencia de historia y tradición que separa a ambos equipos.

Casi nunca el momento clave de un juego acontece tan temprano como en el primer episodio, aunque para Cuba ese inning terminaría por enterrar buena parte de sus opciones de victoria. El abridor neerlandés Tom de Blok les regaló boletos a Roel Santos, Yoán Moncada y Yoenis Céspedes, con un ponche a Luis Robert Jr. intercalado, y parecía que la escuadra antillana podría comenzar a fraguar su esperada revancha.

Lo que sucedió, en cambio, fue que el receptor Lorenzo Quintana produjo un rodado por el campo corto que se convirtió en doble matanza y colgó el primer cero en la pizarra del estadio Intercontinental, de Taichung. En el resto del encuentro, no volvió a disfrutar de una oportunidad semejante el elenco caribeño, timorato otra vez en el cajón de bateo, huérfano de grandeza madero en ristre tras ver a su principal estrella poncharse en tres viajes al plato.

El jardinero central de los Medias Blancas de Chicago, Luis Robert, no ha llegado en buena forma a su primer Clásico Mundial. Al margen de una buena conexión en las postrimerías, el tercer bate cubano desmontó con cada swing al aire el estado de euforia en el que se había instalado un sector de la fanaticada.

Apagadas las superestrellas, le tocó brillar desde el montículo al abridor Yariel Rodríguez, quien llegó hasta las 97 millas por hora y ponchó a seis bateadores en 4.0 episodios. El picheo de Cuba retiró a 13 rivales por la vía de los strikes, pero no pudo evitar que la maquinaria naranja sacara provecho a cada mínima oportunidad de hacer daño.

Y eso que los de Armando Johnson marcaron primero, luego de que Yoelkis Guibert recibiera un boleto y Yadil Mujica lo impulsara con doblete al bosque derecho en la apertura del segundo capítulo.

El santiaguero y el veterano jugador de los Cocodrilos no entraban en los planes iniciales de cara a este duelo inaugural, pero las respectivas lesiones de Alfredo Despaigne y Andy Ibáñez los situaron en el line up titular y ambos le sacaron provecho a la adversidad.

Todavía con Yariel en el box, los neerlandeses se las arreglaron para negociar el empate en la parte baja de la tercera entrada, con un infield jit de Roger Bernadina y un "texas" impulsor de Didi Gregorius. Fue simplemente la antesala del momento definitorio de choque.

El relevista Onelkis García se regaló un pasaporte gratis y soportó cohete de Jonathan Schoop, de manera que el ponchando ando cubano optó por saltarse el guion y apelar a un serpentinero que no había sido anunciado para trabajar en el juego. El tunero Carlos Juan Viera comenzó ponchando a Coco Valentien, pero luego aceptó sencillos de Josh Palacios y Chadwick Tromp que redondearon el racimo de tres anotaciones.

Poco más pudo hacer el equipo cubano contra su sino, una suerte de maldición que por más de una década ha convertido al elenco neerlandés en su bestia negra.

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Abriendo el séptimo acto, Guibert y Mujica armaron otra pequeña escaramuza que terminó con la segunda carrera del partido, en todo caso insuficiente para evitar el revés.

La próxima presentación del Cuba Clásico será este jueves, desde las 6:00 am frente a Italia, un choque ya de vida o muerte en el que solo valdrá ganar. La sensación de arrancar con el pie izquierdo, de tener el agua al cuello a las primeras de cambio, sigue como un fantasma revoloteando alrededor de la escuadra tricolor.

Eso, y la omnipresente sensación de que el otrora enigma holandés podrá cambiar de gentilicio, pero sigue igual de indescifrable para el béisbol cubano.