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FB IMG 1678890233921Las Tunas.- Diecisiete años después, la selección nacional de béisbol regresó a una semifinal del Clásico Mundial, tras derrotar este miércoles 4x3 al equipo de Australia en un partido dramático, peleado de principio a fin.

La cita entre el Caribe y Oceanía no fue distinta de los dos partidos vividos anteriormente en clásicos mundiales. Definidos ambos por una carrera y sendos cuadrangulares de Yosvani Peraza (2009) y Alfredo Despaigne (2017), aquellos duelos de vida o muerte cayeron en ambas ocasiones del lado cubano, no sin antes exigir batalla hasta el último instante.

Con esos precedentes y con tanto en juego, la tensión se mascaba desde el principio en el imponente Tokyo Dome, un escenario propicio para el empeño de incluirse entre los cuatro grandes del planeta Béisbol.

El abridor Yariel Rodríguez mostró todo su poderío en el capítulo inicial y retiró a dos por la vía del ponche con siete rectas entre 95 y 97 millas por hora. Sin embargo, en el segundo episodio el cuarto bate Darryl George se quedó a centímetros del cuadrangular con un doblete al jardín central y el inicialista Rixon Wingrove le encendió cohete al derecho para poner delante a los de la isla continente.

No sería ese, en cambio, el problema del lanzador camagüeyano de los Dragones de Chunichi. En realidad, Yariel tuvo que lidiar con reiterados problemas de descontrol y debió abandonar el montículo en el cuarto inning tras regalar cinco bases por bolas y dejar la pizarra igualada a una carrera.

El conjunto antillano había nivelado las acciones en el tercer acto, cuando un boleto a Roel Santos, un biangular de Yoán Moncada y un rodado de Luis Robert Jr. Se combinaron para negociar el empate.
El relevista Luis Miguel Romero consiguió achicar aguas en ese cuarto capítulo, luego de encontrar a par de corredores en circulación con apenas un out, y comenzó a caminar el choque.

Los australianos habían apelado a la estrategia del “opener", entronizada en 2018 por los Rays de Tampa Bay en Grandes Ligas, de manera que situaron en el montículo al veterano zurdo Steven Kent, quien se las arregló para colgar par de ceros ante la tanda rival. Después, alternaron lanzadores con suerte dispar, pues Josh Guyer y Sam Holland no pudieron escapar a la emboscada cubana del quinto episodio.

Un sencillo de Roel Santos, boleto a Moncada y pelotazo a Robert llenaron las almohadillas, antes de que Alfredo Despaigne remolcara la ventaja con batazo de sacrificio y Yoelkis Guibert completara el racimo de tres anotaciones con cañonazo al bosque derecho.

La ventaja parecía buena para un staff que ha sido la principal garantía de la escuadra cubana. Mucho más porque para abrir el sexto, el mentor Armando Johnson envió al box al zurdo de los Cachorros de Chicago, Roenis Elías. La realidad, sin embargo, fue distinta. Un infield en el que Erisbel Arruebarrena pudo hacer más fue la antesala del largo cuadrangular de Wingrove, el hombre grande de la ofensiva australiana en el decisivo encuentro.

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El score de 4x3 le puso un poco más de suspense al choque y dejó el desenlace en manos de los dos mejores serpentineros del bullpen cubano. Liván Moinelo, a pesar de regalar par de pasaportes gratuitos, consiguió colgar el cero en el octavo, mientras que el cerrador Raidel Martínez no dio espacio a las dudas y aseguró la victoria con salvamento perfecto que incluyó par de ponches.

Después de tres ediciones consecutivas sin poder rebasar la segunda fase, Cuba regresa a semifinales de la máxima cita del béisbol internacional. Ahora, toda la expedición se traslada a la ciudad de Miami, donde el próximo domingo la tricolor del Caribe enfrentará al vencedor del duelo entre Venezuela (ya asegurado como líder del grupo D) y el segundo clasificado de la llave C.