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softball rosangela italia

Las Tunas.- En medio de un desastroso regreso del Polideportivo Caserta a la Serie A1 del softbol italiano, cerrado con apenas tres victorias en 20 presentaciones, la tunera Rosángela Jardines fue algo así como un oasis dentro del mermado roster del equipo cuatro veces campeón de la Península.

La receptora de la Selección Nacional Cubana había llegado con el cartel de estrella y sus números estuvieron a la altura de las exigencias, si bien el resto del elenco apenas pudo aportar y el balance de 3-17 dejó a las blanquirrojas en el último puesto del grupo B de la liga.

Ubicada habitualmente como tercera en el orden al bate, Jardines firmó línea ofensiva (AVE/OBP/SLU) de 308/385/390. Su promedio de 308 fue por mucho el mejor dentro de un conjunto que bateó apenas 178, al tiempo que encabezó igualmente a las suyas en carreras impulsadas (9), anotadas (9), jits (16), dobles (4) y bases robadas (6).

Son estadísticas bastante buenas, incluso comparadas con el resto de jugadoras de la liga, aunque probablemente habrían sido mucho mejores si la cubanita hubiera estado acompañada de más talento. El representativo de la pequeña ciudad de 75 mil habitantes, situada a unos 40 kilómetros de Napoli, apenas fabricó 22 carreras en 20 partidos y recibió más de un cero jit, cero carreras, con el impacto psicológico resultante para una jugadora que, además, estaba en pleno período de adaptación.

Tras su paso por el softbol de Guatemala en el 2019, Rosángela llegó la pasada primavera a la Serie A1 para ayudar al Caserta, un equipo que había sido expulsado del máximo nivel tras aducir motivos de seguridad sanitaria y renunciar a participar en la temporada del 2020.

El elenco sureño fue beneficiado en marzo por el fallo de un tribunal federal, que decidió su readmisión en la Serie A1. Cuatro veces campeón de Italia, el Caserta había renunciado a jugar la campaña anterior ante la amenaza de la Covid-19, por lo que la Federación Italiana de Béisbol y Softbol determinó bajarlo de categoría.

Sin embargo, tras perder a la mayoría de sus principales jugadoras en el período de ausencia, su regreso al torneo mayor italiano estuvo muy lejos de su palmarés. De hecho, el Caserta tuvo su mejor momento hace ya más de una década, cuando hilvanó cuatro scudettos entre los años 2009 y 2012, además de ganar dos veces la Copa de Italia (2009 y 2012) y sumar dos subtítulos y un tercer lugar en la Copa de Europa (2010, 2011 y 2012, respectivamente).

Junto a la jugadora tunera militó en el mismo elenco la lanzadora holguinera Sarái Góngora, de discreta actuación, mientras que otras cuatro atletas cubanas vieron acción en la temporada del softbol italiano, que concluyó su fase clasificatoria.