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Las Tunas.-  Hace semanas atrás, para algunos resultaba inimaginable que en una jornada esta provincia reportara tan elevadas cifras de pacientes positivos a la Covid-19; otros, en cambio, ya vaticinaban un triste vuelco a la realidad de entonces. Y no es que los segundos tuviesen una especie de bola mágica para predecir el futuro, bastaba con detenerse a mirar la insensatez humana en las extensas colas, en las concurridas calles o en las celebraciones. No hubo llamados de alertas ni despunte de casos en territorios cercanos que detuvieran a quienes, a todas luces, perdieron el temor a la terrible enfermedad.

Ahí están los números que dicen mucho, pero no tanto como quisieran; porque el dolor no se puede cuantificar, tampoco el daño psicológico que persiste, incluso, después de padecerla. Esta vez no se trata de una situación inesperada que ocasionó algún retraso en el procesamiento de las muestras; el doctor Aldo Cortés González, subdirector del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología lo dice muy claro: "Es el comportamiento que se podía esperar a partir del complejo panorama epidemiológico nacional y el incumplimiento del nuevo código de vida establecido para enfrentar la pandemia".

A ello se une, dijo, las nuevas cepas del SARS-CoV-2 circulantes en el país que, aunque no se ha demostrado la variante presente en esta oriental provincia, la alta tasa reproductiva habla de un panorama similar al de los vecinos territorios. "Aquí tenemos una cantidad de personas susceptibles, incluso, mayor que la de otras localidades, porque hasta ahora el virus tenía baja circulación, y al cambiar ese contexto aumentan los contagios.

“Por cada confirmado se detectan unos 10 contactos y tres o cuatro sospechosos, y estos últimos generan dos nuevos enfermos como promedio, los cuales, a su vez, implican a muchos otros tuneros, lo mismo en la casa, la comunidad que en el centro laboral; es lo que llamamos reproducción de casos. Por tanto, la 'explosión' de positivos se debe al incumplimiento de las orientaciones”, acotó.

Este panorama incrementa la probabilidad de reportar más graves y fallecidos, fundamentalmente en las edades extremas, indicó. En los últimos tiempos se percibe un ascenso de menores de 19 años diagnosticados.

Mientras haya cepas en el mundo y personas que vienen desde esos lugares, principalmente de Rusia, existe el riesgo de introducción al país, expuso. No obstante, sin importar la variante, hay que mantener las medidas de bioseguridad, la inmovilización de las personas y el distanciamiento físico. “Cada una de las indicaciones persigue que no nos enfrentemos al SARS-CoV-2 ni aparezca la enfermedad, además de frenar la transmisión de enfermos a sanos”.

En la provincia siguen siendo las áreas de Salud de los policlínicos Manuel (Piti) Fajardo y Gustavo Aldereguía las de mayor incidencia en la cabecera provincial. A las autoridades también les preocupa la difusión de diagnosticados de la zona urbana en el municipio de Colombia. “Siempre que se realizan fiestas, funerales o eventos grupales se origina una transmisión con dispersión. No son tiempos de visitas ni encuentros familiares; debe hacerse lo estrictamente necesario y cumpliendo con todas las normas”.  

El galeno destacó la labor de los profesionales del Laboratorio de Biología Molecular, cuyos diagnósticos de PCR muestran una concordancia del ciento por ciento con los emitidos por el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, según el más reciente control.  

El trabajo del sector de Salud, refirió, va dirigido hacia el incremento de los centros de aislamiento para ingresar a la totalidad de los sospechosos y los contactos directos de cada caso, y en las primeras horas de la confirmación del paciente.  

Asimismo, urge perfeccionar la vigilancia y las pesquisas no solo por el personal sanitario, sino, además, por las administraciones en los centros laborales que mantienen la actividad. “Necesitamos de los líderes comunitarios y personas que apoyen el desempeño del médico y la enfermera, para que estos puedan dedicarse a la atención de los vulnerables y colaborar en los centros de aislamiento”.

La detección oportuna permitirá acortar el tiempo entre el inicio de los síntomas del paciente y la llegada a las instalaciones de Salud para recibir la asistencia y tratamiento; y así disminuir los graves, críticos y fallecidos. A ello se suman cuestiones elementales como lograr mayor calidad del trabajo, la superación del personal, el apego a los protocolos y la exigencia sanitaria con la aplicación de medidas a los infractores.

“Somos responsables de que se haya perpetuado la epidemia en el país. El éxito depende no solo de la voluntad, la disposición de recursos y de vacunas, también es preciso la actuación consciente de la ciudadanía; que nosotros, como seres sociales, asumamos de una vez y por todas las nuevas pautas como la vía esencial para controlar la propagación”, concluyó el galeno.

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