Las Tunas.- La II Liga Élite asoma en el horizonte, mientras los Leñadores aprovechan cada fecha para pulir automatismos sobre el diamante beisbolero de cara al debut frente a Industriales, el próximo 7 de noviembre en el estadio Julio Antonio Mella. Con la reputación de reinar en la 62 Serie Nacional, la nómina de Las Tunas solo contempla la opción de prolongar el ciclo dorado en el pasatiempo doméstico y bajo esa ambición la pretemporada sirvió para perfeccionar cada swing, lance o atrapada.

Si en septiembre la decantación de Abeysi Pantoja por una docena de refuerzos vaticinaba de certera  la decisión, una serie de acontecimientos: desde bajas injustificables hasta deserciones en eventos internacionales debilitan las aspiraciones de los rivales; en tanto, al estratega del Balcón del Oriente le sonríe la suerte, luego de aglutinar una selección sólida, donde el talento y los deseos de triunfo campean por igual.

“Cuando escogimos los refuerzos lo hicimos también pensando en la forma de los jugadores. Son muchachos serios en su alistamiento físico, más aún en el terreno, y así lo han demostrado en su integración al equipo. Asimismo, conocíamos a algunos de otras ediciones y vuelven a demostrar el compromiso con la provincia”, reconoció Pantoja a 26.

Además de conservar el núcleo de la generación exitosa en la “pelota” del territorio, sucede lo propio con el colectivo de técnicos para sellar la mejor de las fórmulas. Justo los encargados de condicionar a las huestes verdirrojas disponen de un reto mayúsculo al trazar el camino hacia las sonrisas desde la voz inicial de Play Ball.

“He estado un poco ausente del entrenamiento por cuestiones personales, pero los distintos procesos han marchado según estaban planificados, aunque las inclemencias del tiempo en las últimas semanas han significado un obstáculo. Aun así hemos tomado alternativas para mantener las prácticas. El pensamiento es arrancar en plenitud de forma, porque apenas son 40 juegos en la etapa clasificatoria lo que lo hace un torneo corto y cualquiera puede resbalar. La preparación estuvo enfocada en buscar las victorias desde la primera subserie, por tanto, los atletas van a llegar en óptimas condiciones competitivas”.

Sin embargo, las salidas del roster de Carlos Juan Viera, por lesión, y Miguel Paradelo suponen un nuevo desafío para incorporar a Cristian Espinosa, además del infielder holguinero Adriel Hechavarría, a la dinámica del resto de la escuadra, con la mayor prontitud posible. Por otra parte, disímiles interrogantes habitan alrededor de cupos importantes en el lineup a consecuencia de disputas deportivas. Sin dudas, una incertidumbre grata para cualquier manager.

“Hay posiciones que todavía generan dudas porque seleccionamos piezas de calidad y la versatilidad de los nuestros amplía las opciones. Quedan puestos titulares por definir, pero nos restan jornadas para seguir con la evaluación. Por estos días vamos a jugar, de acuerdo a lo que veamos, definiremos esos detalles”.

La rotación de abridores luce un claro panorama. Los brazos de Dariel Góngora, Yadián Martínez, Alejandro Meneses y Eliánder Bravo encarrilarán outs en el alba de los encuentros. Las distintas características sobre el box, junto a la profundidad del bullpen, auspician la balanza en cuanto a responsabilidades del pitcheo y la ofensiva.

Alberto Pablo Civil, una vez más, representa el cerrojo para el ocaso, mientras Kelbis Rodríguez contribuirá en similar empeño para establecer la idónea relación de trabajo-descanso, en un ámbito ajeno a la especialización de los lanzadores, según dictan los conceptos modernos.

Los parciales locales también ocupan funciones en concretar el sueño de retornar los atuendos de gloria al “Mella”. Del césped a los graderíos, las intenciones transitan sobre un punto en común.

“Partimos con dos objetivos, uno nos conduce al otro. Primero; clasificar entre los cuatro y el segundo; volver a discutir el campeonato.  Por tanto requerimos del apoyo incondicional de la afición tunera. No el entusiasmo por las victorias, sino el respaldo por estar inmersos en una competición y, de paso, nos regalen ese “empujón” extra que viene de maravilla. Siempre resulta bueno desempeñarse ante el calor del pueblo”.

En breve los pronósticos se disiparán en el polvo surgido en los estadios. Por ello varias directrices emergen hacia la luz; corresponde a las máximas autoridades del deporte velar por un latir, sin tomentos aledaños, del patrimonio cultural cubano. En la cara inversa de la moneda, a los peloteros les ocupa disponer los esfuerzos necesarios para validar el apelativo aristócrata que acompaña a un torneo con múltiples tropiezos a cuestas, pero con el propósito de sanar, de cierta manera, la pasión de bolas y strikes.