madres9

Las Tunas.- Es difícil concebir que no podamos hacer este segundo domingo de mayo a la tremenda, como nos gusta. La pandemia, el transporte, las fronteras cerradas..., pero, sabes, mamá, eso no es importante. Lo importante eres tú, y este cordón umbilical que nos unirá siempre y hasta alcanzará para tocar las estrellas, estoy segura.

De algún modo, todo cambió, menos el amor indescriptible que llevas por nosotros y nosotros por ti. Por eso, este Día de las Madres es mejor que los de antaño. Aprendimos que tenerte es lo grande de cada amanecer. Escuchar tu voz, verte por videollamada, alcanzarte desde la risa o la tristeza de un recuerdo..., eso es genial; alimenta, sostiene, adormece las ausencias y silencia, incluso, ciertas discusiones. Caramba, ¡si nos decimos más “te quiero” que antes!

Este 9 de mayo del 2021 tiene fortalezas de cariño. Nunca estuve tan pendiente de tu salud, aun sabiéndote bien. Jamás amé tanto el timbre del teléfono y la certeza de que estamos sanos, mientras el mundo se llena de cruces y hasta nuestra tierra llora. Cargamos alegrías y buenas venturas que hoy superan un pastel de homenaje. Victorias de espíritu y gratitud que ni cuenta nos dábamos de cuán vitales eran.

Es ese sentido de madurez existencialista que enseña el valor de tu figura cerca, con las manos tendidas y el corazón alerta. Allí donde, poco a poco, multiplicamos la ternura congelada en las prisas y las batallas cotidianas, perennemente necesitadas de tu sabiduría y coraje. Y otra vez, madre, tu valía a la orden... en el trabajo, no importa si es un hospital, un centro de aislamiento, un aula, la oficina, la fábrica, el surco, la unidad militar o de combate, la bodega o una cafetería. Eres esencial en todas partes, más esforzada mientras mayor es el reto.

Y tu otra misión enorme, el hogar, la familia, el desafío de cuidarnos en la distancia o dentro de paredes en cuarentena, entre cintas naranjas o la zona roja, tu laboratorio de entrega infinita en estos duros tiempos de la palabra mortal: Covid-19.

Mamá, ¿comprendes? Nada es diferente. Eres la misma luz del primer día, el abrazo seguro, la palabra mágica, la dicha perpetua. La guerrera inquebrantable. A mis antojos, la mezcla perfecta de hierro y miel, de firmeza y caricias, de tolerancia digna, de paciencia dulce. La artesana ideal para obras gigantes. El ejemplo exacto de vocablos precisos: sacrificio, pureza, constancia, perdón, eternidad, lealtad.

No importa que no hagamos fiestas a la tremenda, mami. Lo sustancial es que este Día tuyo es un símbolo de amor y respeto, de gratitud y abrazos. Estados de gracia que salen del pecho y recorren las más largas o cortas distancias. Toma, pues, esta inmensidad de sentimientos que no puede robarnos la pandemia. Recíbelos con el aire, la luna y el sol, en la tierra y el cielo. Tú, mamá, has ganado lo supremo. Tenlo todo. Todo es para ti... ¡FELICIDADES, MADRE!

 

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar