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historiadorLas Tunas.- Es recurrente que el nombre de José Martí regrese a los cubanos, con mayor fuerza, por estos días de mayo. En el 2020, cuando se cumplen 125 años de su caída en combate, el homenaje, por obvias razones, está centrado en las redes sociales y otros espacios virtuales.

Ahondar en su pensamiento, de una vigencia colosal, es una manera de mantenerlo entre nosotros en todas las épocas. Porque, como aseveran sus más enconados estudiosos, no es Martí figura para determinados meses del año, su sapiencia nos alcanza cada día, en todo lugar.

Pero, ¿cuándo los tuneros comenzamos a homenajear al Apóstol?, ¿a qué años se remontan los primeros respetos ante su muerte por estos lares? Con esas y otras preguntas en el tintero, 26 Digital tocó la puerta del doctor en Ciencias Históricas José Guillermo Montero Quesada, presidente de la filial tunera de la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic).

“Eduardo Vidal Fontaine, conocido como el Poeta de la Guerra en Las Tunas, se había incorporado al Ejército Libertador en 1895, con 18 años de edad, y por sus acciones alcanza el grado de comandante.

“Inspirado en la caída en combate del Apóstol, escribe su poema titulado Muerte de Martí, probablemente escrito en el fragor de la guerra. Sus versos son una especie de poética mística trascendente, cuyo valor está dado más en el contenido de significación histórica que literario.

“La conmemoración de la caída en combate de José Martí en Dos Ríos, aquel fatídico 19 de mayo de 1895, se realiza aquí a partir del momento en que es restituido el municipio de Victoria de las Tunas en 1910.

“Las instituciones de poder configuraban este tipo de conmemoraciones, para lo cual redefinían formas de ritualización política. Por supuesto, con el objetivo de evitar cualquier tipo de consumo que diera lugar a nuevos gérmenes de unidad que afectaran la amañada institucionalidad republicana.

“Los actos conmemorativos por el 20 de mayo, día de la inauguración de la república burguesa (un día después de la muerte del Apóstol), acapararon durante mucho tiempo la atención de los medios de la época, de ahí que este último pasara desapercibido como hecho público.

“En la prensa tunera, en especial El Eco de Tunas, se revela que en el período neocolonial las conmemoraciones alegóricas a su caída en combate en Dos Ríos consistían en pequeñas evocaciones. Testimonios de personas entrevistadas desde hace más de 20 años se han referido a los sencillos actos desarrollados en las escuelas, por iniciativa de los maestros”.

Las anécdotas llegan hasta nosotros y también algunos libros que son testimonio del arraigo que va alcanzando la figura de José Martí. ¿Algunos ejemplos que compartir en tal sentido?

“Una de las personalidades que despunta en defensa del pensamiento martiano en aquella época fue Pedro Verdecie, secretario de la Administración municipal. Resultó impactante el discurso del 19 de mayo de 1952 pronunciado por él en acto solemne por la recordación del aniversario 57 de la caída en combate del Apóstol, en la Delegación de Veteranos de la Independencia.

“Ese mismo día, en varias escuelas colocaron ofrendas y ramos de flores en los bustos de Martí, como ya era tradicional. Pero en la mayoría de las asociaciones e instituciones civiles y militares, se pasó por alto la fecha.

“Otro ejemplo lo tenemos en el año del centenario de su nacimiento (1953). En numerosos momentos y escenarios escolares, instituciones culturales, políticas, militares y asociativas, se hizo referencia a varios acontecimientos relacionados con el Apóstol, entre ellos, el de su muerte.

“Políticos, maestros, intelectuales, periodistas, oradores y artistas mostraron con sus intervenciones y obras signos de identidad martiana. Fue sorprendente la presentación de la caída de José Martí en Dos Ríos, en el teatro Rivera. 

“En medio del escenario colocaron una tumba cubierta con la Bandera cubana y a su lado un ramo de rosas blancas, en el fondo sus Versos sencillos y se interpretó el canto a coro por integrantes de la Sociedad Pro-Arte Musical, Gloria a ti.

“Varios intelectuales tuneros publican poesías alegóricas al Maestro, en las que hacen mención al significado de su muerte. Entre ellos, Gilberto E. Rodríguez con su poesía Canto al Apóstol y Juan A. Estrada con El Apóstol cubano en su centenario”.

Por supuesto, con el triunfo de Enero en 1959, el panorama cambió totalmente. De seguro eso repercutió en hacer visible la figura del Maestro entre los tuneros.

“En este período ocurre un cambio radical en las formas y sentidos de conmemorar los hechos históricos. Las instituciones educacionales, centros productivos y de servicios, asociaciones y organismos se preocupan por mantener viva la tradición bajo cualquier circunstancia.

“Cada año, la Sociedad Cultural José Martí en conjunto con la Unión de Historiadores de Las Tunas e instituciones de enseñanza del territorio, organizan un amplio programa de actividades, no solo para recordar su muerte, sino para debatir e intercambiar acerca de cómo asumir su legado, sus ideas libertadoras y pedagógicas, valores, así como para reinterpretar los procesos políticos latinoamericanos.

“Otros hechos significativos con motivo a la caída en combate del héroe, ocurridos en el Balcón de Oriente, son los encuentros internacionales de Oratoria organizado por la Universidad de Las Tunas, dedicados al pensamiento martiano y latinoamericano, desarrollados por esta fecha desde el 2003.

“Este año es atípico, motivado por el aislamiento físico como consecuencia de la Covid-19, pero el tributo al Maestro que no muere se comparte desde cada uno de los hogares e instituciones que en estas circunstancias se mantienen activas.

“La Unión de Historiadores es una organización científica que responde a las demandas investigativas de cada momento y coyuntura histórica, es por ello que los historiadores, recurrimos a nuestros archivos personales y tecnologías modernas de comunicación para continuar trabajando en condiciones de aislamiento social”.