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Las Tunas.- Más de 20 cursos vinculado con el instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas (Ipvce) Luis Urquiza Jorge hacen de Amaury del Río Boullón, su subdirector docente, una voz autorizada para comentar sobre la actualidad y las perspectivas de dichos planteles. Este reportero dialogó sobre el tema con tan experimentado y prestigioso profesional en tal enseñanza.

“Fue Fidel quien definió el perfil científico investigativo de estos centros allá por los años 80 del siglo pasado -recuerda-. De entonces acá, mucho han cambiado. Fíjate que, en 1996, cuando comencé a trabajar aquí, ya los grupos no se conformaban con intencionalidad en torno a Física, Química, Biología o Electrónica…

“Además, los alumnos empezaron a someterse a pruebas de ingreso a la Universidad, como el resto de los preuniversitarios no especializados. Hoy percibo cierta voluntad de rescate, pero falta todavía mucho por hacer”.

Para el profesor Amaury, la reorientación de estas escuelas hacia sus objetivos fundacionales precisa de más rigor en la captación de sus educandos. “El proceso debe comenzar en sexto grado, con un seguimiento intencional a los que participen en actividades vinculadas con la ciencia, como círculos de interés y ferias del saber. Esa vocación se perfeccionaría luego en Secundaria y, al terminar ese ciclo, estarían mejor preparados para aspirar al Ipvce”.

Una irregularidad que, en su criterio, afecta la formación de una matrícula competente es la cantidad de talento existente en los municipios que no logra acceder a este colegio por causa de la beca. En el centro, la mayoría procede de la capital provincial, y se sabe que en los otros territorios también hay mucha idoneidad. La solución pasa por mejorar sustancialmente las condiciones de alojamiento, de manera tal que todos tengan las mismas posibilidades.

“Algunos organismos podrían apadrinar con sus recursos la tarea -propone Amaury-. Los futuros ingenieros en Telecomunicaciones, agrónomos, eléctricos… estudian hoy en nuestras aulas o aspiran llegar a sus pupitres si se les da la ocasión. Entonces, sería coherente con esa realidad que todos colaboraran. El pensamiento científico cubano tiene en los Ipvce a un paradigma”.

IPVCE 2

Otro aspecto que le preocupa es el plan de ingreso a la Universidad. “No es justo que sea igual al de otros preuniversitarios, pues debería tenerse en cuenta el perfil de cada institución -dice-. Si se quiere potenciar la ciencia, es de sentido común velar porque las carreras de ese corte prioricen a estas sedes. Y no se trata de que las monopolicen todas, sino que les asignan la mayor cantidad de cuotas. Quien venga a estudiar aquí, sabrá que por Periodismo, demos un ejemplo, solo podrá optar por una plaza, de las 10 que habrá para la provincia. Eso sí, podrá aspirar a una de las 12 (hipotético también) de las 14 de Telecomunicaciones.

“Hay que intencionar hacia las ciencias a los estudiantes de estos institutos -agrega-. Muchos llegan sin esa perspectiva. Desde hace años ninguno pide una carrera tan tentadora como Microbiología. Y en este curso solo uno optó por Física Nuclear, y eso porque no obtuvo la que pidió en primera opción. Llevamos cinco años en que nadie pretende las licenciaturas en Biología, Física y Química. Lo hacen en tercera o cuarta opciones, cuando temen que podrían quedarse sin nada. Si hubiera una vocación consolidada, eso no ocurriría”.

Amaury considera como otra alternativa eficaz para insertar a estos alumnos en sus perfiles la incorporación a los proyectos investigativos que desarrollan tanto la Universidad como las empresas del territorio. Ellos pueden producir ciencia si se les atiende adecuadamente. En el plantel tunero se han graduado algunos que hoy son científicos de reconocido currículo en Cuba.

“Los concursantes de Biología tienen en el Laboratorio de Microbiología una oportunidad para familiarizarse con su moderno instrumental y de sumarse a su labor, y eso debe ser un interés no solo suyo, sino también del propio laboratorio. Igualmente, los futuros profesionales metalúrgicos podrían ir entrenándose en empresas del giro como Acinox Las Tunas, para que la carrera les resulte atractiva”.

Finalmente, Amaury hizo referencia a los claustros de profesores de los Ipvce. “Se deben conformar con los docentes más capacitados y darles un tratamiento diferenciado -dice-. Su capacitación ha de ser permanente, a tono con el centro donde trabajan. El nuestro está considerado entre los mejores del país y es recordista en tributar estudiantes a las preselecciones nacionales de varias asignaturas, con medallas en eventos internacionales. ¡Hay que trabajar!”.