Las Tunas.- ¿Y si nuestra mente es como una máquina?, como sugirió el investigador norteamericano George Lakoff con su metáfora conceptual. ¿Si el cerebro es el hardware, el pensamiento el software y una “avería” indicara un problema psicológico? Pero, como se sabe, la conciencia no cabe en la explicación.
Varios estudiosos han intentado darle forma “visible” a esta compleja “maquinaria”. Que si una linterna, que si una muñeca rusa, que si un pegamento de informaciones, que si un almacén o una ola…, mas al final, opiniones aparte, nadie tiene la verdad absoluta; sin embargo, intentarlo vale la pena, nos ilustra y traza nuevos caminos de investigación, así es la ciencia.
La Psicología estudia los procesos mentales, las sensaciones, las percepciones y el comportamiento del ser humano, en relación con el medio ambiente físico y social. Nuestra mente interpreta y convierte pensamientos en realidad, pero si los mismos son negativos y la vida se vuelve penumbrosa, ahí están ellos, los psicólogos, para ayudarnos a salir del túnel, hacia la luz.
Cada 13 de Abril se celebra el Día de la Psicología en Cuba, por coincidir con el nacimiento de Enrique José Varona, filósofo, sociólogo y quien se considera nuestro primer psicólogo. Su legado sigue latente y se ha diseminado en nuevos rostros y escenarios, que van más allá de la salud y la educación, pues llegan al deporte, la cultura, a varios centros laborales, organizaciones y otros campos.
GÉNESIS DE LA ESPECIALIDAD EN LAS TUNAS
En esta provincia hay seres que dejaron huellas en esos momentos fundacionales, algunos, incluso, vinieron de otros territorios cubanos y se asentaron aquí para suerte nuestra. Tal es el caso de Maricela Martina Milián Fuentes, que llegó de Camagüey para aportar su saber. Se graduó en 1975 y al año siguiente estaba en nuestra tierra, ubicada en Salud Pública.
Maricela Milián. “Realizamos trabajos en las diferentes áreas de atención, dada las necesidades de esta especialidad en el territorio. Brindamos cooperación a otros organismos como Educación (incluida la Enseñanza Especial), Deporte y el Minint. Para lograr que se creara un Centro de Diagnóstico y Orientación (CDO) se realizó una pesquisa en escuelas primarias de la capital provincial, demostrando su necesidad, pues así no tendrían que evaluarse los escolares en Holguín.
“Se realizó un levantamiento de aquellos pacientes con patologías psiquiátricas y una vida precaria, los cuales fueron ingresados en el hospital psiquiátrico de Camagüey y en el de San Luis de Jagua, de Santiago de Cuba, para un mejor estudio y tratamiento. Orientamos a la familia sobre su manejo adecuado.
“Se abrió un hospital 'de día' en áreas cercanas al Club Familiar, siendo el único existente para la Salud Mental en el territorio en esa época. Allí se realizaban múltiples actividades psicoterapéuticas, de terapia ocupacional, entre otras. Además, se efectuó una dispensarización en el policlínico Manuel (Piti) Fajardo, el primero en organizar el trabajo comunitario en el municipio de Las Tunas. Al comenzar el Hogar de Impedidos Físicos y Mentales, se creó una comisión multidisciplinaria para la evaluación de las casas tributarias a ese tipo de institución, donde la participación del psicólogo era muy importante”, dijo Milián.
Cuando empezaron a llegar a esta provincia otros especialistas en la materia, ella decidió trabajar en el hospital pediátrico Mártires de Las Tunas, donde atendió Programas Nacionales, Docencia e Investigaciones y otras tareas.
Denisse Blasita.Su impronta como primera psicóloga en llegar a la provincia no se olvida e ilumina a otros colegas como Denisse Blasita Valcárcel Benítez, quien resultó la primera de la tierra de Vicente García González en ejercer la profesión. Esta graduada en 1978 nos cuenta que rápidamente se unió a Maricela, en diferentes labores.
“Aprendí mucho junto a ella. Atendimos a pacientes en policlínicos y hospitales, incluso, varios en estado crónico. Nuestro trabajo llamó la atención de las autoridades partidistas y gubernamentales, que priorizaron la especialidad y, gracias a ello, se captaron profesionales de provincias como Santiago de Cuba y Holguín. Así pudimos abarcar más servicios”, destacó.
Narra que tuvo el honor de ser la primera en asumir la presidencia de la Sociedad Cubana de Psicología (SCP), creada en la provincia en 1983. Ya en el 2003 fueron convocados los titulados tuneros en la materia para abrir la carrera en la universidad Vladímir Ilich Lenin y allí estuvo ella, como profesora adjunta.
Otra de las primeras especialistas de ese campo en la provincia fue Mirtha de Armas Sardiñas, con 40 años de experiencia. Aunque es natural de Cienfuegos, ha dejado su estela en Las Tunas. Aquí fue presidenta de la Sociedad Cubana de Psicología de la Salud y de la Comisión de Ética del hospital Ernesto Guevara de la Serna, además de miembro de la Comisión Provincial de Donación y Trasplante de Órganos, y del Comité de Ética de la Investigación. No es de extrañar que ostente el reconocimiento Por la Obra de Toda la Vida.
Mirtha de Armas. Hoy habla con orgullo de cómo la profesión ha evolucionado, pues en sus inicios se limitaba a la Psicología Clínica, progresivamente se fue extendiendo a otras ramas, entre ellas la Educativa, Organizacional, Forense, del Deporte… “Además, se han ampliado las vías de formación de psicólogos; antes solo se formaban en las casas de altos estudios de Villa Clara, La Habana y, posteriormente, en la Universidad de Oriente. Después los estudios llegaron hasta las sedes universitarias y la Universidad de Ciencias Médicas”, comentó.
Maricela, Denisse y Mirtha no son las únicas fundadoras, mas resumen el amor hacia una labor sensible y humanista, que transmiten a las nuevas generaciones.
¿APUNTALAR EL INTERIOR?
Darién Moisés Otero González desde que se graduó, hace 13 años, permanece en el “Guevara”, donde mayormente ha trabajado en Medicina Legal, aunque también ha desempeñado otros quehaceres, incluida la docencia. Actualmente es vicepresidente en la provincia de la Sociedad Cubana de Psicología. Además, es miembro de la Comisión de Ética Médica del hospital y vicepresidente del Comité de Ética de la Investigación de esa institución.
Darién.“Hay personas que afirman que los psicólogos somos locos y pienso que tiene que ver más con esa frase que dice: 'Para ser psicólogo hay que ser loco porque a quién se le ocurre, en su sano juicio, cargar con los problemas de los demás'.
“Y es que nosotros valoramos las cosas desde un punto de vista diferente. Eso tiene que ver con el autoconocimiento, pues en el trabajo intervienen también las particularidades individuales. Nos preparamos para enfrentar una situación y, a veces en la práctica, existe mucha diferencia. Hay realidades variadas; lo que para uno funciona, para otro no tiene por qué hacerlo”, afirmó.
La superación es una constante en la rutina de este joven, devenido máster en el 2010. Para él lo más gratificante es “ver que las personas, gracias a tu ayuda, pueden salir adelante, seres que llegan a ti sin los recursos para enfrentar un fenómeno y se van con maneras saludables para vivir. Eso genera satisfacción. Entonces digo: no estudié por gusto, mi labor es útil, pues trae bienestar a otros”.
Igual emociones despierta en Xiomara Mercantete hablar de su faena. Desde la Secundaria sintió especial interés por la carrera y ese influjo la llevó a graduarse de la misma en 1981. Siempre se dijo: “Tengo que ser psicóloga, porque a mí me gusta mucho ayudar a las personas”. Y se cumplieron sus sueños.
Xiomara Mercantete.“Es una satisfacción cuando atiendo a alguien que viene con ansiedad, depresión o cualquier tipo de problema, y se va mejor. Yo dejo, incluso, que las personas hagan catarsis y conversen conmigo. Me satisface que esos pacientes después de un tiempo te ven en la calle y te dicen: 'Gracias a usted resolví tal situación'.
“Por eso, nuestros profesionales tienen que ser humanos, pacientes, que escuchen a los demás y busquen vías o métodos para ayudar a los afectados. No siempre tenemos en la mano la solución, pero lo importante es ayudar a esa persona, dotarla de herramientas para seguir saludablemente su existencia”.
Xiomara ha hecho de su profesión una filosofía de vida. Desde que inició el quehacer laboral como psicóloga en los círculos infantiles de esta provincia, hasta la fecha, se ha entregado por completo a hacer el bien. Y no solo en programas radiales o televisivos contribuye a la salud colectiva, sino, además, en otros espacios que trascienden el contexto institucional para llegar a la barriada.
En sus 40 años de experiencia ha consultado todos los grupos etarios, pero la ancianidad le ha marcado sobremanera. Y no es algo reciente, pues cuando empezó la Universidad del Adulto Mayor, ella atendía la cátedra dirigida a esta población por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
“Se armaban las aulas, los alumnos iban y yo de manera gratuita, al igual que otros colegas, les impartíamos clases. Tenían un programa que incluían, por ejemplo, temas de Educación Sexual y Alimentaria, de cómo vivir con diferentes tipos de enfermedades crónicas, cómo identificar y enfrentar la ansiedad, la depresión y la violencia intrafamiliar, sobre el papel de la familia en torno a ellos...
“Es un segmento de la población bonito, pero también vulnerable. Nuestra labor es enseñarles a ver la vida de otra manera. Desde el 2001, que entro al Centro Provincial de Higiene y Epidemiología (Departamento de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades), comienzo a atender el Programa del Adulto Mayor. Y me gusta tanto que hice una maestría de Longevidad Satisfactoria”.
En su currículo destaca el haber visitado tres países, uno como estímulo y dos de misión internacionalista. Estos últimos, República Dominicana y Ecuador, le marcaron muchísimo. En el primero dio clases sobre la perspectiva de género, con buena acogida en hombres y mujeres. En el segundo fue de docente y también ejerció de psicóloga de un grupo básico de trabajo.
De la tierra ecuatoriana guarda varias anécdotas. En la Amazonía atendió a los quichuas, a quienes a veces no entendía y tenía que buscar a un traductor, pero los ayudó. Además, dio consultas en otros sitios y guarda con agrado la historia de Javier, cuya madre llegó llorando a ella porque nadie quería atender a su niño, afectado de una atrofia cerebral, lo que ralentizó su locomoción y aprendizaje.
“Había empezado a hablar y caminar a los 5 años de edad. En la escuela lo rechazaban porque no aprendía con la misma capacidad que los demás. Empecé a atenderlo a sus 12 años y, cuando salí de Ecuador en el 2015, ya se iba a graduar de la Secundaria. Le interconsulté con el pediatra y el neurólogo, fui a su escuela y me reuní con los profesores para que supieran cómo debían actuar. Fue satisfactorio ver que él se sentía mejor, que escribía y hablaba bien”.
(…)
La Psicología no es el remedio para todos los males, sin embargo, nos ayuda a tener una vida mejor. Historias como la de Javier se multiplican en la memoria de varios especialistas que, desde cualquier parte de la geografía, nos ayudan a hallar el camino luminoso para salir del túnel. Nuestra salud mental es importante, ellos lo saben.
Comentarios
Felicidades a los Psicólogos Cubanos en este 13 de abril.
Conozco a Xiomara Mercantete y aseguro que es una magnífica persona y una excelente profesional.
Gracias a todos/as por su trabajo.
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