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Las Tunas.- "Cuidar es y será siempre indispensable, no solo para la vida de los individuos, sino también para la perpetuidad de todo el grupo social", dijo el antropólogo español Pedro Simón, pero… "Si no cuidamos de los cuidadores, no tendremos un enfermo, sino dos", apuntó la eminente enfermera francesa Marie-Françoise Collière.

De cuidados hacia la familia y hacia sí misma es algo que sabe mucho Alicia Hidalgo Feria, una tunera de 56 años que siente honor y orgullo al tener bajo su custodia a dos ancianas -su mamá y su tía-. De luces y sombras sobre esta sacrificada tarea dialogó con la Agencia Cubana de Noticias.

Mireya (mamá) tiene 87 años y Mirta (tía), 82. Da gusto llegar a la casa en la lomita de la calle José Martí, en esta ciudad, y encontrarlas en la sala bien limpiecitas y dispuestas a la llegada de algún vecino para conversar sobre los temas de turno, entre ellos, los altos precios y la Covid-19, "que la gente piensa que ya se acabó", dice la primera mientras la segunda asiente con la cabeza.

Alicia 6Alicia.Para que ambas estén listas para la charla, Alicia tiene que levantarse todos los días a las 5:00 am, a veces, incluso, antes, para dejar el almuerzo preparado, el té recién hecho para tomar con las pastillas.

Me levanto a esa hora para que todo esté listo: el almuerzo, el té, las pastillas del día, dejarlas bañadas y entonces poder salir para mi trabajo, cuenta Hidalgo Feria; hace algunas jornadas que su hermana Arline, recientemente jubilada, va para la calle Martí a pasarse el día con "las viejas".

"Arline y mi hermano Nelson son incondicionales, sobre todo, en el tema de la alimentación que tan complicado se hace por estos tiempos; pero no es un secreto que si de cuidados se trata, quien convive con las personas más vulnerables, ya sea por la edad o alguna condición física o mental, es quien tiene la mayor carga sobre los hombros".

Alicia es un remolino por donde pasa y no para ni un momento, como si nada pudiese dejarse para después, ese ajetreo es el estado natural de su vida aunque recientemente, pudiera decirse que desde que entró en escena nacional lo del nuevo Código de las Familias, sabe un poco más lo que realmente significan las dobles y triples jornadas, la sobrecarga doméstica y muchas cosas más.

Lucho por no perder "mi vida social", así le llamo al hecho de tener un trabajo en la calle y muchas veces hacer planes estratégicos en el hogar para poder tener una tarde libre e irme a ver alguna prima o amiga a conversar un rato, comer una pizza, o simplemente a la casa culto los días que toca por la noche, cuenta Alicia.

"Saber que otras personas dependen de ti implica sacrificio, por eso hay que hacerlo con mucho cuidado y amor, eso hace que los sofocos que paso sean más llevaderos y pondero entonces lo que significa tenerlas conmigo, un orgullo y honor, como te decía al principio.

"A veces voy camino al trabajo y me acuerdo que olvidé darle un jarabe o algún medicamento, o me llaman porque alguna de las dos tiene la presión alta, o me he tomado -en la locura cotidiana-, sus pastillas de la presión, eso sin contar las veces que pierdo la paciencia, porque me gana el estrés".

Las mañanas aquí son una locura, dice Alicia como si en las noches pudiese dormir a piernas sueltas, y es que aunque trata de adelantar al final del día y en eso le dan las 12:00 y pico o más, Mirta puede que la llame en plena madrugada para preguntarle qué día es, la novela que toca o decirle que la sábana se le ha corrido un poquitico.

Mirta es discapacitada y nunca hizo una familia, es como si Alicia tuviera dos madres, pero en verdad son sus dos niñas, ella misma lo dice, que vuelven a ser infantes, y que seguramente cuando ella era pequeña su mamá y su tía también la bañaron, le embutieron la comida y la cuidaron en las noches.

"Esto es una tarea difícil, y mucho, yo misma no veo la novela, porque a esa hora siempre estoy fregando o acomodando la casa, solo priorizo el noticiero y porque lo escucho.

"Una amiga psicóloga me dice lo importante que es tener tiempo para mí, salir de la vorágine del hogar y distraerme, pues antes de dedicarme a ellas, también me tocó cuidar a mi abuela y a mi papá".Alicia 5

La doctora Magela Romero Almodóvar, profesora de Sociología de la Universidad de La Habana (UH) y coordinadora de la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados, ha expresado que el proyecto del Código de las Familias, en su versión 24, refleja una marcada sensibilidad respecto a este tema y reconoce la importante labor de quienes cuidan de otros.

Entre las certezas del documento está el respeto a la dignidad y la autonomía, así como la prohibición de la violencia, principios que aplican tanto para aquellos que cuidan como para quienes reciben los cuidados, de ahí que se precise de un mayor engranaje entre las familias y el Estado para garantizar programas y políticas públicas, fortalecer las redes de apoyo y así mejorar la calidad de vida de ambos grupos.

Tal escenario refleja que aunque en la casa de la lomita de la "Martí", aquí en Las Tunas, Alicia Hidalgo Feria se desenvuelva bien con sus dos viejas, como ella misma dice, hay que hacer notar una y otra vez, las luces y sombras que tiene asumir la noble y difícil tarea de cuidar a otros.