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Las Tunas.- Ulises Espinosa Núñez llegó al colectivo del periódico 26 desde antes de la fecha misma de la fundación del medio de prensa.

Él pertenece al selecto equipo de corresponsales voluntarios que fueron pioneros de la letra impresa por estos lares con más buena intención que herramientas profesionales reales a su alcance.

26 fundadoresLo cuenta ahora para nosotros con la voz fuerte que lo caracteriza y la mirada esquiva, porque va husmeando en algún resorte muy íntimo los detalles que ya se le escurren al paso del tiempo y él sabe que son vitales para enhebrar recuerdos.

“Al principio, el Periódico se llamaba Veintiséis, en letras, y tenía una tirada que era intermitente, porque no había una fecha fija para las publicaciones; ahora uno piensa en eso y resulta una locura. Circulaba hoy, por ejemplo, y lo volvía a hacer en una semana o en tres meses, sin un día exacto. Así comenzó todo.

“A un grupo de nosotros nos llamaron para que escribiéramos y nos fuimos sumando desde el movimiento de voluntarios, porque trabajábamos en cosas afines, pero sin ningún conocimiento de lo que era el periodismo, la redacción en pirámide invertida y cosas así.

“Lo que sí te puedo asegurar es que éramos incondicionales desde el principio; y eso que siempre se dice de que 26 es una escuela inmensa, constituye una gran verdad desde los primeros años.

“Gente humilde, con un gran líder entonces, que era Rosano Zamora Paadín (Gallo), pionero de la prensa revolucionaria acá y un hombre con una preparación inmensa. Todavía, los que quedamos de aquellos tiempos, sentimos mucho orgullo del trabajo que realizamos y alegría al vernos, intercambiar como familia”.

Ulises lamenta que no existan espacios habituales para el intercambio entre generaciones y dice que se pueden tener mucho más en cuenta a quienes abrieron el camino del periodismo en el Balcón de Oriente, aprendiendo la técnica periodística en la Universidad (porque se fueron a las aulas a hacerse licenciados) mientras lo combinaban con los recorridos de zafra, las coberturas a visitas frecuentes de dirigentes nacionales y el ardor de una provincia que poco a poco nacía desde su propio pueblo.

“Son, ahora mismo, un colectivo con una batería de profesionales que están realizando un periodismo de investigación a fondo sobre lo que se vive en la provincia; y me parece valioso destacar la valentía femenina para escribir, porque son muchachas, mayormente, las que asumen textos importantes y lo hacen con pasión.

“Por supuesto, la formación con la que llegan de la academia es muy superior a la nuestra. Tienen una base cultural sólida y eso los hace dueños de un nivel profesional muy alto.
“Con un equipo así, tan comprometido, todo es posible. Y, al pasar los años, uno va sintiendo mucho orgullo y que formas parte de los logros del periódico 26”.