abdala postrados

Las Tunas.- Milagros Ponce de León y Gloria González Pupo tienen varias cosas en común, son cubanas, tuneras y residen una frente a la otra, en la prolongación de la calle Fernando Suárez, en el reparto Deportivo, de esta ciudad.

Una tiene 65 años de edad y la otra, 58. Ambas poseen movilidad reducida y por sus limitaciones físicas no pudieron llegar al vacunatorio dispuesto en el seminternado Toma de Las Tunas; pero, desde este momento a ellas también las une Abdala, vacuna cubana que enfrenta a la Covid-19.
Milagros fue la primera en recibir el pinchazo salvador de manos nobles que llegaron hasta su hogar, desafiando el sol y al mismo virus SARS-CoV-2, y se puso tan contenta que tenía la presión arterial ligeramente alta, aunque nunca antes tuvo ese problema.doc erlinaperez yenima
Ella es ciega desde hace muchísimos años, cuando era una adolescente; mas ahora vio una luz. Realmente es una metáfora; sin embargo, lo siente así en la vida real porque nunca sale de casa; sin embargo, al intercambiar con otros familiares queda expuesta al nuevo coronavirus.
Gloria también se emocionó -no es para menos- y está feliz “esta vacuna significa la vida ante una enfermedad tan terrible. Para mí es grandioso, lo de esta Revolución es lo máximo porque vienen a protegernos a nuestras casas para evitar ese padecimiento.
“Es muy valiosa la preocupación por toda la población, a pesar del bloqueo y de las amenazas que siempre tenemos sobre nosotros. Estoy muy orgullosa de vivir en este país”.
Para la doctora Erlina Pérez Escalante “este ha sido un hecho trascendental, estamos en medio de una pandemia que ha cobrado la vida de muchas personas. Ir hasta la casa de los que no pueden llegar al vacunatorio es lo mínimo que podemos hacer.
“Hemos avanzado en la atención a los postrados y en lo personal me da mucha satisfacción ir hasta sus viviendas porque es importante que toda la población se inmunice. Ellos son muy vulnerables de contraer la enfermedad y no me molesta caminar. Estoy acostumbrada, pues mi trabajo es casi más en el terreno que en el consultorio”.
De igual manera piensa la licenciada en Enfermería Anaís Salina Carralero, quien con destreza prepara la jeringuilla e introduce la aguja con tanta suavidad que ni Milagros ni Gloria manifiestan dolor. “Eso es parte de nuestro quehacer diario, ir al terreno, visitarlos y ahora algo más, ponerles su vacuna.
“Inmunizar a esta población vulnerable nos ayuda a todos, así vamos combatiendo el virus y es un orgullo ir a la casa de quienes tienen movilidad reducida y no pueden caminar. Ellos merecen este esfuerzo”.
También contento está Alexis Escalante Suárez, delegado de la Circunscripción 77, del Consejo Popular 6, quien acompaña al personal de Salud en este peregrinar por el barrio, pues conoce a cada uno de los que esperan a "Abdala" pacientemente en sus casas.
“Todo ha salido tal como organizamos. La gente ha respondido positivamente y lo que falta es que cada cual cumpla las medidas indicadas, la vacuna sola no resuelve. Agradecemos al personal de Salud y espero que juntos acabemos con esta enfermedad”.

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