Osmara López Borrero, jefa de la sección materno-infantil en el territorio, explica a 26 Digital que las principales causas de defunciones son las malformaciones congénitas, las infecciones y los partos pretérminos.
Hasta la fecha no se reportan muertes maternas gracias a la excelente labor de las comisiones de atención al grave, integradas por profesionales de diferentes ramas, que garantizan la calidad de las prestaciones. En las edades pediátricas se reduce considerablemente el índice de decesos.
Los avances en los indicadores del Programa Materno Infantil (PAMI) son el fruto de una estrategia de trabajo que inicia en la Atención Primaria de Salud. Aquí se implementan los protocolos nacionales de actuación en la Obstetricia y la preparación de especialistas en el uso de tecnologías predictoras de patologías en el embarazo, que permiten adoptar la conducta más acertada.
"Hemos disminuido significativamente el número de cesáreas, que son tan propensas a complicaciones. En la Neonatología estrechamos el vínculo con las áreas de Salud para lograr el seguimiento adecuado a los niños, una vez salidos de ese servicio".
El personal de Enfermería presta una asistencia diferenciada a los infantes y embarazadas de alto riesgo en las salas priorizadas. Al mismo tiempo, funciona el Sistema de Urgencias Médicas que asegura los emergencistas de guardia y al resto del colectivo especializado. "Otra de las fortalezas -agrega- es el acompañamiento de la Dirección Provincial de Salud en todos los procesos".
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