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padres109

Las Tunas.- Despertará el tercer domingo de junio estrenando sus minutos para darle un color más bonito al abrazo cotidiano… el que muchas veces brota desde la dimensión del alma y la añoranza por las lejanías y las circunstancias. No siempre estás, papá, pero tu impronta aligera el camino y tus manos me ayudan a sortear piedras y escalar montañas.

Es la fuerza del cariño y esa ruda ternura que nadie sustituye, a pesar de los convencionalismos y los desencuentros. Tu pecho y tus hombros, los consejos, los juegos compartidos, los "viajes" a la escuela, a casa de los abuelos, al parque… la complicidad y hasta los regaños hacen nuestra historia única, irrepetible, perdurable.

No es junio ni un momento, ni acaso una fecha… no importa que te vean maligno o despreocupado, que te juzguen o maldigan. Venimos los dos, unidos desde siempre. Es la unción de los genes, el amor y la vida, la fuerza de toda creación. Hoy quiero decirlo, presente o ausente. Hoy necesito que tu paternidad no sea una postal, un almuerzo distinto o una botella de licor.

Quiero que sientas, no importa si se repiten las palabras o profanamos la gramática, la reconciliación del beso, la legitimidad del abrazo, el auténtico sentido de la palabra padre, el pacto en los silencios y los ruidos, la alianza entre desavenencias y distancias. Es tu día de homenaje. La jornada de validar las pasiones invictas, la muralla familiar, la reconciliación de los afectos, el apretón guardado.

Son tiempos, papi, de llamar al amor con amor, multiplicar valores buenos, ir de manos por caminos virtuosos, volver a las raíces bonitas, reír, danzar. Entonces regresemos a los años lindos, a los de los papalotes y las bolas, de tumbar cocos y echar las carcajadas… a las mecederas en hamacas… vale todo lo que irradie alegría y te dé felicidad.

Es tu domingo, y henos aquí, con el iris en tus ojos para desearte lo mejor de cada día, porque no se trata de un domingo, eres tú… el horcón, el guía, el dulce gruñón, el irremplazable… el de los hombros prestos… mi padre.

Felicidades, felicidades… mucha felicidad... vamos por siempre, vamos, papá.