Las Tunas.- De Esteban Cabrera Rivero no tenemos fotos porque llegar hasta la comunidad de La Cristina, en el municipio de Manatí, se hizo difícil para estas reporteras. Pero, tal parece que lo conocemos, y eso, gracias a las palabras apasionadas de su hijo, Miguel Cabrera Zaragoza.
Este último es director de Cultivos Varios en el sector empresarial del territorio y, comentan sus allegados que, en lo físico y lo sentimental, son como dos gotas de agua, salvando la diferencia de edad porque, el padre, ya ha deshojado 83 almanaques.
Su historia de vida no dista mucho de la de tantos guajiros que, de sol a sol, crían a sus hijos con nobleza y sacan a la tierra el sustento en medio de la dura existencia campesina. Sus rostros pueden ser los de los muchos cubanos que este domingo vivirán el día más orgullosos de sus retoños que pendientes de regalos, postales y arrumacos.
"Mi papá ha sido ganadero desde niño, lo heredó de mi abuelo, que también lo era. Ahora tiene 62 cabezas de ganado y ordeña cada jornada sus 10 vacas con una vitalidad que ustedes se sorprenderían si lo vieran en esas tareas; es el ganadero más longevo de Manatí y siempre, siempre, tiene una sonrisa".
En los ojos de Miguel se descubre el orgullo inmenso por su padre. Quizás por eso cuenta, hasta con cierta jactancia, que todos los días, "llueve, truene o relampaguee", se levanta a las 3:00 de la mañana y va hasta la finca para ayudarlo a ordeñar; y después, alrededor de las 7:00, ya está en el trabajo, listo para otra faena, que nunca es poca.
Dicen que ya Miguel es el "cabeza de familia" y él lo escucha decir y no lo contradice demasiado, pero sabe que no, no es cierto. Nada compite con la voluntad del "viejo", con esa enseñanza envuelta en cariño que le ha dado toda la vida y lo ha hecho, sin dudas, un hombre mejor.
