Catauro de la Décima, uno de los espacios más gustados de la Cucalambeana.
Las Tunas.- Hace solo unos días dijo adiós la Jornada Cucalambeana 2023. Volvimos a ser eso que Rafael Lara González (metodólogo del Consejo Nacional de Casas de Cultura y experto en tópicos relacionados con el patrimonio inmaterial) cataloga como "espacio de mayor confrontación y diálogo intercultural de la estirpe campesina en Cuba, proceso donde participan centenares de cultores, artistas e investigadores, con el fin de mantener y salvaguardar valores patrimoniales, legitimando su sentido de resistencia cultural y perdurabilidad de saberes".
Invitaciones de altísimo vuelo llegaron hasta varios sitios de la urbe y El Cornito, cuna por antonomasia del jolgorio, acogió el abrazo a poetas y defensores de la identidad, y se reafirmó como predio al que siempre quieren volver, aunque sus condiciones infraestructurales no sean las mejores.
Qué bonito fue observar nuevamente a la estrofa nacional de plácemes entre arrullos de bambúes y cañabravas, que los pies forzados galoparan sin necesidad de mucho empuje y figuras como María Victoria Rodríguez, Marisol Guillama y Luis Paz (Papillo) llegaran hasta una comunidad alejada del entorno citadino como Palancón, o fueran hacia la Villa de los Molinos a cantarle al autor de Tu mirada. Qué bonito que Emiliano Sardiñas, con su acostumbrado humorismo criollo regalara inesperadas espinelas y Sindi Manuel Torres, en la clausura, con gran velocidad de pensamiento octosilábico, reconociera los valores profesionales y humanos de los artistas tuneros.
Espacio del Bohío Campesino con el grupo portador Raíces Soneras.
El Guateque Mayor de Cuba vislumbró variedad y calidad en sus propuestas. Participaron artistas relevantes de diferentes regiones cubanas y foráneas (el ballet folclórico Alma de México, el grupo hondureño Yat Balam, el dúo azteca Yuma y Johny...), y diplomáticos como los excelentísimos señores Maher El-Adawy (embajador de Egipto en Cuba) y Eusebio Corsino de Araújo (embajador de Timor-Leste), además de German Leonel Cruz Paz, regidor del municipio de La Ceiba, en Honduras. La firma de cartas de intención con las primeras dos naciones y un acuerdo de intercambio cultural con la municipalidad del tercer país emanaron del encuentro.
Los espacios teóricos se acercaron a una multiciplidad de tópicos, con conferencias de gran valía que abordaron el folclor de este y otros lugares. No faltó el homenaje a exponentes que han dejado huellas en la idiosincrasia y momentos como la presentación del libro Haydée Santamaría. Hay que defender la vida, compilación de Jaime Gómez Triana y Ana Niria Albo Díaz.
Nuevas iniciativas acompañaron la cita, invitaciones al estilo del Concurso Vestido de Guayabera, donde fue premiado un colectivo plástico del municipio de Colombia, además de Danny Concepción y Roberto Elías Santiesteban.
El diseño del evento respondió a programas que se impulsan a nivel nacional como el de Adelanto a la Mujer y el de la Mujer Rural. Ejemplos de ello fueron eI salón fotográfico Esencias de Mujer, protagonizado por el fotorreportero Reynaldo López Peña, y la elección de la Flor de Birama (en este caso Lisandra Trinidad Fonseca, de la localidad de San Manuel, municipio de Puerto Padre) atendiendo a los rasgos característicos de la fémina criolla.
Emiliano Sardiñas con sus décimas humorísticas en el Catauro de la Décima.
Los certámenes dedicados a la estrofa nacional destacaron por su calidad y por estar respaldados materialmente. Los más relevantes en esa materia dentro del convite -"Cucalambé" (Décima Escrita) y "Justo Vega" (Décima Improvisada)- dispusieron de premio en metálico. El primero con 30 mil pesos en moneda nacional, más 10 mil por concepto de derecho de autor y la publicación -por la editorial Sanlope- del libro ganador (Desheredades, del habanero Jorge García Prieto, conocido como Poe Cid). El segundo, con 10 mil pesos para el vencedor (el artemiseño Sergio Reyes Santos) y dos mil para el Premio de la Popularidad (el villaclareño Yordan Quintero Fuentes, conocido como El Yayito Ranchuelero).
El Yayito ranchuelero Premio de la Popularidad del "Justo Vega".
Por su parte, la camagüeyana Linnet Molina Arias ganó la competencia de glosas Canto Alrededor del Punto, con el texto Hablando con un Dios ajeno, y el tunero Miguel Mariano Piñero Martínez conquistó el Concurso Poesía de Cordel con la décima Respuesta exacta. En estos casos, ambos creadores recibieron obras visuales de artistas de la localidad. En cuanto al "Carlos Escalona Labrada In Memoriam", las guirnaldas fueron alcanzadas por María Karla Rodríguez Hidalgo, Yeili Saili Martínez Rodríguez y Rosailis Báez Silva, mientras que Yennis Invernón Matos se alzó con una mención.
Fue sabio y oportuno el otorgamiento del Sello 45 Aniversario del Sistema de Casas de Cultura a cultores, agrupaciones y entidades con un quehacer destacado en la defensa identitaria. El onomástico de esa estructura institucional, el centenario de Haydée Santamaría, la honra a Renael González y el cumpleaños 194 de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé) -motivaciones de esta Cucalambeana- contaron con actividades alegóricas.
Pendones hermosos y duraderos en áreas fijas de la máxima sede, espectáculos bien articulados, amplia representación de cultores cubanos y foráneos, variedad temática en presentaciones artísticas y apartados teóricos, espacios diseñados para grupos portadores, infantes y público bailador, gran presencia de creaciones visuales y confluencia entre las diferentes manifestaciones artísticas son luces apreciadas por el equipo de prensa de 26.
PERO..., NO TODO FUE COLOR DE ROSA
Cada obra humana es perfectible y, para ser sinceros, quedaron deudas por saldar en materia organizativa, en gestión y planificación. Aunque las propuestas artísticas fueron mayormente de excelencia, el público (ajeno al sector) fue realmente escaso. En lo concerniente a El Cornito, sería sabio pensar a nivel gubernamental e institucional en cómo apoyar más las cuestiones logísticas, porque se trata del acontecimiento cultural más importante de esta provincia. Si el transporte, por ejemplo, se hubiera garantizado mejor, las personas se hubieran trasladado más hacia allí.
La alimentación in situ fue otro talón de Aquiles. Es inconcebible que en un evento de esta envergadura (más allá de garantizar el refrigerio de los creadores) no se piense con los cinco sentidos en el cubano "de a pie" que llega hasta el lugar. Escasos alimentos y precios exorbitantes no son propios de una jornada sociocultural tan importante, máxime cuando -por lógica- cooperativas agropecuarias se deberían involucrar en estos procesos.
La Feria de Artesanía es un área caracterizada dentro del convite. Sin embargo, no siempre estuvieron "amarradas" las condiciones para sus artífices. Hubo un día en el que, a falta de sillas para sentarse (durante algún tiempo usaron las del "Justo Vega"), varios hacedores estuvieron de pie durante dos o tres horas. Si a eso le sumamos el calor de estos días..., imagínese.
Volviendo a la ciudad -donde sabiamente se realizaron acciones en instituciones y zonas públicas-, algunas actividades se atrasaron, lo que obviamente influyó en otras citas y eso, en una apretada agenda, puede comprometer el programa de un evento y complejizar la participación.
El Salón de Paisaje, Décima Ilustrada y Artesanía Popular, por su parte, mostró gran variedad de estilo, temática y técnica, sin embargo, la calidad de las obras no siempre estuvo equilibrada, pues lo mismo encontramos algunas con tratamiento exquisito que otras muy distantes de ese nivel. Una mejor selección de las creaciones emanadas de las más de 350 cucalambeanas previas al magno evento es necesidad, más cuando talento existe suficiente.
Otro asunto fue compartido a este medio por el prestigioso poeta Emiliano Sardiñas: "El mérito más grande que tiene Las Tunas es que -a pesar de todas las dificultades que vive el país- se siga realizando la Cucalambeana. Pero también creo que se pueden hacer cosas mejores, que debemos darle una revisadita al funcionamiento de instalaciones como el hotel Tunas, donde nos hospedamos artistas de otras provincias. Es una lástima que el personal de servicio no se sume a los esfuerzos colectivos, porque mucha gente sí se entrega y hay situaciones que -si nos unimos todos- las podríamos mejorar".
Dijo adiós por el momento nuestro Guateque Mayor, pero quedaron sus ecos. Inolvidable el espectáculo de clausura que, bajo la dirección de Orlando Matos, conmovió a los presentes en la Plaza Cultural, del centro histórico. Allí fue reconocida María Victoria Rodríguez por sus 36 años de vida artística y ella, emocionada, cerró la magna cita con una interpretación, acompañada de voces del territorio. No hay dudas, la Fiesta Suprema del Campesinado Cubano sigue siendo el alma de este pueblo. Vamos a cuidarla y a pensar, desde ya y con una concepción multidisciplinaria, en su próximo capítulo.
