yanisbel

Las Tunas.- Con su niña en brazos, en medio del ir y venir incesante de alguna conmemoración, en situaciones de toda índole, en tiempos de fecundidad y también de adversidades, a contra reloj… así se ha visto a sí misma cientos de veces Yanisbel García Ramírez. Se ha encontrado también escuchando, argumentando, intercambiando…conjugando en perfecto español disímiles verbos en esa forma infinita que parece nunca terminar.

Su madre, cuenta, en ocasiones le pregunta cuándo dejará esos "trajines". Sonríe porque sabe que justo a su progenitora le debe, en mucho, estar donde ahora está: en el Comité Municipal de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), al frente de la esfera de Educación, Deporte, Ciencia y Salud.

La joven vuelve atrás y rememora cuando tenía 14 años de edad, en la escuela secundaria Carlos Marx y ante la pregunta de su disposición para pertenecer a la UJC sintió que, en ese momento, el peso de la organización cayó multiplicado sobre sus hombros adolescentes. Fue conclusiva y dijo “no quiero”.

Esa misma tarde, apenas atravesó las puertas de la casa le contó a su familia que se había negado a la convocatoria. La mamá no aceptó “tamaño desatino” y al día siguiente no se detuvo hasta llegar a la sede municipal para pedir que le iniciaran, inmediatamente, el proceso. Tras casi una década, Yanisbel confiesa a 26 que agradece sobremanera que su mamá abriera sus horizontes, pues la organización cambió no solo su futuro, también los lentes propios para valorar la vida.

“Te puedo asegurar que la UJC es una escuela donde no se termina de aprender. Este trabajo te enseña a enfrentarte a diversas situaciones, conoces personalidades muy heterogéneas, coges lo bueno de ellas, analizas lo malo. Soy licenciada en Marxismo-Leninismo, pero te puedo hablar un poquito del trabajo de un médico, cómo se hace una palanquilla fabricada en Acinox o del desempeño en Labiofam. Este trabajo te enriquece, te ennoblece y engrandece", sostiene.

Su bregar en estas lides inició mientras trabajaba en la escuela Cucalambé, donde impartía clases de Historia.

“Mi instructora marcó el camino, me dio la oportunidad, me llevó de la mano y también ha sido el patrón con el cual he afrontado los retos del día a día y la condición de lo que es ser un cuadro de la Unión de Jóvenes Comunistas.

"Comencé esta labor en 'Colombia', allí me tocó explorar los horizontes en los que me adentraba. Luego me trasladé a Las Tunas y comencé aquí el trabajo en una zona difícil, con un gran universo juvenil, pero el reto me demostró que estaba en el lugar correcto.

"Mi propia mamá me pregunta por qué el trabajo en la UJC, sin horarios, sin fines de semana, sin descanso cuando llegas a casa, porque el trabajo de alguna manera sigue contigo. Requiere de mucho sacrificio. La mayoría de los cuadros hoy somos mujeres, creo que todas con hijos y algunas con más de uno. No tenemos horario, ni día; aquí sabemos cuándo llegamos, pero no cuándo terminamos. Creo que sin el acompañamiento de la familia no podríamos continuar con esta labor".

La estimula y la anima el espíritu del trabajo con los jóvenes, esos que con el carné o sin el acreditativo de la militancia se movilizan para fundar en el diario quehacer.

"La gratitud se palpa de maneras muy subjetivas, en el trabajo con las nuevas generaciones, aunque no sean militantes, pues ellos demuestran su valor en cualquier escenario, asisten a las labores a las que se les convocan. También reconforta las motivaciones de los adolescentes, sus bríos, ver un desfile de los pioneros el 28 de enero. Puedo asegurar que la organización es una escuela donde no se termina de aprender".

Seis años ya tiene Yanisbel en los caminos de la UJC. Gusta hablar del universo juvenil tunero, de sus retos y fortalezas, de la imprescindible unión a los colectivos en el accionar cotidiano.

“El trabajo diario me ha posibilitado conocer hermosas historias de vida de campesinos, médicos, maestros. La realidad es que el vínculo estrecho con la base es la que enriquece el proceso y muestra en realidad cómo piensan nuestros afiliados. La organización, en estos momentos cruciales, tiene como máxima prioridad fomentar la unión de las nuevas generaciones, para que defiendan sus ideas y se fortalezcan como seres humanos en bien de la sociedad”.

Desde su experiencia, Yanisbel asegura que los jóvenes son una amalgama diversa y creadora. Esta muchacha, que hurga a diario la realidad tunera tiene plena confianza en los nuevos retoños, esos que siempre pintan la realidad con los mejores colores del futuro.

 

 

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