Si bien a mediados del 2021 entró en vigor el Decreto Ley de Bienestar Animal, el maltrato continúa siendo una realidad

Las Tunas.- Unos débiles ladridos llaman la atención a la orilla de la carretera. Del amparo de una caja y de algunas manos solidarias que arropen la frialdad del abandono depende la única posibilidad de supervivencia de esos cachorros.

Escenas similares resultan habituales, sin rostros para los culpables, ni medidas oportunas para detenerlos. No pasa nada, a fin de cuentas son solo animales…

A fuerza de ser pobre y sesgada, la sentencia termina por endilgarles esa misma condición a los que aparcan la capacidad de razonar; a quienes (por conveniencia) acuden a instintos salvajes para maltratar de disímiles maneras a criaturas que tan solo hacen más cómodas nuestras vidas, por medio del trabajo, o simplemente regalan afectos, el gran alimento del alma.

Si bien a mediados del 2021 entró en vigor el Decreto Ley de Bienestar Animal, el maltrato continúa siendo una realidad. La amplia mayoría de los victimarios gozan de impunidad, ajena a las multas de hasta cuatro mil pesos que figuran entre las medidas estipuladas en el contexto legal y controladas por el Centro de Sanidad Animal del Ministerio de la Agricultura (Minag), en conjunto con otras organizaciones del país.

La familia, desde el ejemplo en el obrar, forja los valores de los individuos, sobre todo, de las futuras generaciones. Por eso, más allá del temor a sanciones económicas, debe promulgar la responsabilidad ante los cuidados indispensables hacia los animales.

Un grano de arena en medio del océano representan los valiosos esfuerzos de varias instituciones, las cuales consiguen mucho con escasos recursos, gracias al impulso de personas solidarias, en tanto el apoyo gubernamental permanece ausente en la mayoría de los casos.

Pero, ¿sabe usted dónde denunciar los actos de crueldad?, ¿a qué entidad acudir? El camino gira en torno a la viralidad en las redes sociales. Solo así, a la vista de la inmensa masa de internautas, se toman cartas en el asunto; sin embargo, pocas historias llegan a las plataformas digitales. En los momentos actuales la realidad del tema se presenta como un iceberg: una ínfima parte visible y mucho por debajo del radar. Otra vez, no pasa nada.

Mientras algunos golpean, limitan necesidades básicas y lucran desde la insensibilidad; otros, testigos de tales hechos dignos de la época del barbarismo, deciden callar. Ambas posturas incurren de igual manera en el maltrato.

Entonces, ¿qué hacer? Pues dejar a un lado las excusas para "meterse en problemas" y no ser un espectador más o balbucear una tímida condena. Se impone alzar la voz para encarar a los malhechores.

Imaginar una sociedad libre de maltrato animal parece una utopía, idilio de soñadores. No obstante, educar y crear conciencia, constituye tarea de todos, así como exigir mayor rigor a la hora de velar por lo dictaminado, hasta traducir la ley en buenos gestos.

Aquello que se puede transformar hoy en esta batalla entre el desarrollo socioeconómico y concepciones erróneas demasiado arraigadas, garantizará en un futuro dejar el "no pasa nada" en el camino y de esta manera superar las aguas estancadas.

luz marina maltrato animal 

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar