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coronavirus119

Las Tunas.- Tiene catarrito, pero eso no es enfermedad, me dijo con esa ligereza con que solemos muchos mirar la vida y sus fenómenos. Más de una vez, varios conocidos confesaron su rechazo a seguir las noticias, para “ni enterarme de los horrores que se están viendo”. En fin, cierta actitud descalificadora hacia eventualidades o sucesos que nos pueden complicar la existencia o aliviar las tensiones, sin premeditar que toda causa tiene consecuencia.

Y justo en el punto, los estudiosos de patrones de conductas o tendencias sociales señalan que dichos razonamientos se relacionan con la desvalorización de los factores de riesgos, sobre todo, si están vinculados con virus, epidemias, dolencias contagiosas, tradicionales o crónicas. Algo así como “eso no me tocará a mí” o “esto es una bobería, no pasará nada”. Dicha confianza -por decirlo de alguna manera- puede llevar a descuidos o reacciones perjudiciales para uno mismo y quienes nos rodean.

La neumonía de Wuhan o coronavirus Covid-19 no es para preocuparse, es para cuidarse, ocuparse y prevenirlo de manera individual y colectiva, sin alarmas de más, solo las justas. Su rápida propagación por más de 66 países y una cifra que supera los 87 mil 700 casos (hasta el domingo primero de marzo, en la tarde) indican, junto a las alertas sanitarias, que hay zonas oscuras en su manera de manifestarse, pues hay reportes de ciudadanos enfermos sobre los cuales se desconoce cómo lo contrajeron. Sucedió en España.

Aunque está descartado que un refriado con secreción nasal y esputo tenga que ver con la epidemia, la Organización Mundial de la Salud y las autoridades pertinentes llaman a tener la información fidedigna sobre los síntomas y acudir de inmediato al hospital ante la menor sospecha.

El sitio digital Cubadebate señala que las medidas para reducir el riesgo de infección son lavar las manos con agua y jabón o desinfectante a base de alcohol, cubrir la nariz y la boca al toser y estornudar con pañuelos desechables o con el antebrazo, evitar cercanía con personas con gripe o síntomas de resfrío, cocinar bien la carne y los huevos; protegerse al tener contacto con animales vivos, de granja o salvajes, evitar las aglomeraciones públicas y, por supuesto, ir al médico si existe alguna señal.

La sintomatología pueden variar, pero los investigadores indican que el Covid-19 trae consigo una tos seca, sin secreción nasal. Al no ser resistente al calor, se recomienda tomar agua caliente a través de té e infusiones y exponerse al sol. Ataca la garganta, con un dolor seco que dura de tres a cuatro días. Al fusionarse con el líquido nasal y gotear en la tráquea, entra a los pulmones y causa la neumonía, con fiebre alta y dificultades respiratorias. Advierten que la congestión nasal no es similar a la normal, sino que crea una sensación de estar ahogándose en el agua.

¡Enhorabuena! estamos libres de este virus, el cual ya cursa por naciones de Latinoamérica. Pero no debemos descuidarnos, más cuando los frentes fríos pueden potenciar las alergias o incrementar los refriados. Somos responsables de nuestra salud y, fundamentalmente, de la de los niños y jóvenes. Vale no tomarse a la ligera los llamados de atención de prevenir las enfermedades y minimizar los riesgos. El exceso de optimismo también es grave. La medicina que cura es la que precave, nos alertó a tiempo José Martí. Pensemos en nosotros y en los demás.