marinero a salvo encasaLasTunas2020 0002

Las Tunas.- Fueron días difíciles para el tunero Edilmarys Hechavarría Aguilar, tercer oficial del buque Alicia, que arribó a puerto matancero el 6 de junio. Tras siete meses lejos de casa nada le hacía más ilusión que rodearse de los suyos y ya en tierra firme se acortaban las distancias, pero también crecía su ansiedad. Un diagnóstico positivo al Sars-CoV-2 le arrebató la promesa del inminente reencuentro y allá, en el hospital militar de la Ciudad de los Puentes, debió permanecer hasta recibir el alta clínica; una espera que probablemente se le eternizó.

Ahora, desde la tranquilidad del hogar, nos cuenta cómo vivió esos días en los que enfrentó a la Covid-19. “Aunque existía la posibilidad -dice-, ninguno de los tripulantes imaginó que tendría la enfermedad, porque estábamos asintomáticos. Desde que empezó la pandemia adoptamos las medidas a bordo y en realidad llevábamos más de cinco meses sin tocar tierra”.

Confiesa que el resultado los sorprendió a todos, pero la respuesta del sistema de Salud Pública fue inmediata: “Lo mejor de Cuba es la asistencia médica y la voluntad del personal. Fuimos muy bien atendidos y no hubo margen a sentir ese temor: sabíamos que íbamos a salir adelante. Además, no experimenté los síntomas de la enfermedad, solo la reacción de algunos medicamentos que son fortísimos.

“Uno llega con el deseo de ver a los niños y les prometes que mañana estarás de regreso, que pasaremos juntos el cumpleaños... y así muchos otros planes. Es duro decirles de repente que deben esperar y saber que tu vida corre peligro. Aunque todo marchaba bien, cualquier cosa podía suceder”.

Edilmarys, graduado de Licenciatura en Ciencias Náuticas, era responsable de velar por la seguridad en el barco y garantizar las óptimas condiciones de los medios de salvamento y otros recursos para enfrentar cualquier eventualidad. “Conocemos nuestra misión y en realidad enfermamos ahora, pero pudo ser desde que empezó la pandemia”, comenta.

“Antes estuvimos en Venezuela, allí también se extremaron los cuidados, pero existía el riesgo de contagio como en casi todas las partes del mundo; desafortunadamente sucedió en México. Hay eventos de trabajo en los que resulta inevitable el contacto con las personas, y sucedió”.

Comenta que, al pasar los días, algunos de sus compañeros presentaron signos de la Covid-19, pero sin complicaciones. No obstante, siempre se mantuvo latente la preocupación, pues la mayoría de los marineros pasaban las cinco décadas de edad. “Solo cinco o seis éramos jóvenes”, afirma este tunero de 36 años.

En intercambio telefónico con el capitán del barco, Mario Colás Martínez, residente en La Habana, conocimos que todos los tripulantes de la embarcación permanecen aislados en sus hogares, dando continuidad al tratamiento. Después de culminar el período de 14 días les realizarán una vez más el PCR en tiempo real y solo entonces recibirán el egreso epidemiológico y definitivo.

Edilmarys destaca que ha sido bien asistido por profesionales del área de salud Gustavo Aldereguía, en Las Tunas. De acuerdo con las autoridades sanitarias este caso positivo, contagiado en el exterior, no modifica la tasa de incidencia de la provincia, teniendo en cuenta que no representó riesgo alguno para sus habitantes.

Sentado en el portal de su casa, junto a los hijos que no le pierden pie ni pisada y a quienes califica como sus mejores enfermeros, Edilmarys recuerda ahora los días recientes como esos filmes de suspenso, aunque este vivido en carne propia. “Pero esta película, asegura, ha tenido un final feliz”.

 

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